El cáncer de próstata es el más frecuente en el varón y su incidencia aumenta con la edad. Según el Dr. Carlos Guevara, especialista en Urología en el Hospital Vithas San José de Vitoria, la mayor incidencia de tumores de próstata surgen a partir de los 45 años, "una buena edad para comenzar con los chequeos anuales urológicos completos, con el fin de hacer un trabajo de prevención y que si algo ocurre, no nos pille desprevenidos".
El riesgo aumenta además cuando, a parte de cumplir los 45 años, existen antecedentes familiares de tumores de próstata o piedras en el riñón, lo cual en estos casos el chequeo urológico "debe tomarse como obligatorio para descartar posibles dificultades o problemas que se puedan prevenir de cara al futuro", afirma el urólogo.
La próstata puede ocasionar tres tipos de problemas:
- Prostatitis: es una enfermedad de origen infeccioso e inflamatorio, pero se considera benigno. Su mayor incidencia se da en hombres jóvenes de entre 20 y 45 años.
- Hipertrofia benigna de próstata: El desarrollo de la glándula prostática crece y puede crear obstrucción, lo que puede generar unos síntomas urinarios de mucha frecuencia, como dificultad para orinar o las pesadas micciones nocturnas que no permiten dormir profundamente.
- Tumor de próstata (cáncer de próstata): Al contrario de los otros dos problemas, que se consideran benignos, el tumor de próstata resulta maligno y requiere de un tratamiento más complicado que los anteriores. Normalmente surge a partir de los 45 años, o se da en varones con antecedentes familiares en patologías de próstata. Es esencial que el tumor de próstata se detecte en fases bastante iniciales, ya que hay mucha opción de tratamiento y suele dar buenos resultados.
¿En qué consiste un chequeo urológico?
Actualmente los chequeos urológicos son muy fáciles, gracias a los avances tecnológicos y quirúrgicos que son menos invasivos y más eficientes. "El paciente se somete a un análisis de sangre con el PSA (indicadores para hacer un primer valor analítico) y se le realiza una ecografía en la consulta. Además, el paciente debe orinar en un flujómetro, es decir, un aparato que mide como el individuo vacía la vejiga y la influencia de la próstata (si obstruye o no)", explica el Dr. Guevara.
Hoy en día los urólogos disponen de un ecógrafo en la consulta que resulta un arma importante para conocer el tamaño de la glándula prostática, por lo que ya no necesitan hacer el tacto rectal obligatorio para ver qué tamaño de próstata hay. "Aunque ya no lo sea, antiguamente era esencial el tacto rectal para evaluar al paciente, hoy en día gracias a los avances tecnológicos no es indispensable. Igualmente, esta práctica la seguimos teniendo como alternativa en casos de que existan dudas", explica el especialista. "Si un paciente viene con un PSA elevado, el análisis de la próstata específico da un valor alterado, y en la ecografía ves que la próstata es más bien pequeña, sí que hacemos un tacto rectal para valorar si la próstata es pequeña, blanda o dura, y si es un signo de posible malignidad", añade.