El envejecimiento de la población está provocando que enfermedades que tiempo atrás tenían poca incidencia ahora incrementen sus cifras como es el que caso del ictus y sus secuelas neurocognitivas y/o motoras. Por ello, debido a estas enfermedades asociadas al envejecimiento, es necesario apostar por la transformación de la atención hospitalaria en un sistema para crónicos y no tanto para agudos.
Estas manifestaciones han sido realizadas por el Dr. Juan Carlos Miangolarra, portavoz de la Sociedad Española de Rehabilitación y Medicina Física (SERMEF) en el día del daño cerebral, durante el "Encuentro DCA: Aproximación demográfica y necesidades de las personas con Daño Cerebral Adquirido (DCA) y sus familias". Dicho encuentro ha tenido lugar en el IMSERSO en una jornada organizada por la Federación Española de Daño Cerebral (FEDACE) con motivo del Día del Daño Cerebral, que se celebra el 26 de octubre.
El especialista de SERMEF ha explicado que las líneas de trabajo de la rehabilitación en torno al paciente con daño cerebral son la autonomía del paciente, la funcionalidad y la calidad. De todos ellos ha destacado la funcionalidad ya que el desarrollo de nuevos elementos tecnológicos está permitiendo ganar autonomía a los afectados.
"Los sistemas de mejora de la comunicación y del control de la movilidad y del equilibrio, a través de robots, están permitiendo lograr avances que hasta la fecha eran difíciles de alcanzar. Por ejemplo, los sistemas tecnológicos basados en sistemas informáticos y de software permiten mejorar la comunicación en pacientes con daño cerebral. Hasta hace poco algunos pacientes no podían comunicarse".
Sin embargo, ha aseverado, que "el desarrollo de la tecnología en rehabilitación física (robots para controlar el movimiento) no es posible de asumir en la Sanidad, en muchos casos, por falta de formación de los profesionales".
"Trabajamos con los ingenieros y nos proponen mejoras que no son fáciles de aplicar. No somos capaces de poner en práctica mucha de la tecnología. Debemos apostar, sin duda, por la formación de nuestros profesionales. Un ejemplo claro es no tener cultura de que en un servicio de rehabilitación la figura de un bioingeniero puede ser muy importante".
Nuevos datos sobre el daño cerebral
En la jornada se han presentado nuevos datos de impacto del Daño Cerebral Adquirido en España una discapacidad que, según el estudio realizado con la colaboración del Real Patronato sobre Discapacidad, afecta a 420.000 personas en nuestro país.
‘Bases para el estudio de la situación y necesidades de las personas con Daño Cerebral Adquirido' ha sido la primera fase de un estudio para conocer en profundidad la realidad de las familias que viven con el daño cerebral. Al dato de prevalencia del DCA en España, 420.064 personas, extraído de la Encuesta de Discapacidad, Autonomía personal y situaciones de Dependencia (EDAD) del año 2008; se añaden nuevos datos de incidencia que permiten establecer un perfil más acertado de la persona con Daño Cerebral Adquirido.
Cada año se dan 104.701 nuevos casos de Daño Cerebral Adquirido; identificados en el período 2010-2012 como altas por las principales causas de DCA en el Conjunto Mínimo de Datos (CMBD) de hospitalización del Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad. La principal causas de daño cerebral es el ictus, al que le corresponden 99.284 de estos casos anuales; seguido por el traumatismo craneoencefálico (4.938 casos anuales) y la anoxia (1.442 casos anuales).
Esta alta incidencia del ictus se ve reflejada en los datos de prevalencia: un 78% de las 420.000 personas con Daño Cerebral lo desarrollaron a causa de un accidente cerebrovascular. Dentro del colectivo, el 65,03% es mayor de 65 años, el 52% son hombres y el 89% presenta alguna discapacidad para realizar Actividades Básicas de la Vida Diaria. Por otra parte, el estudio refleja las valoraciones de discapacidad que se han realizado al colectivo. De las 420.000 personas con DCA, 113.132 han sido valoradas por los servicios públicos de reconocimiento de discapacidad y 73.584 personas han sido reconocidas con un grado superior al 65%.
Sobre el daño cerebral adquirido
El daño cerebral adquirido se refiere a la afectación de estructuras encefálicas en personas que no han nacido con ningún tipo de lesión neurológica pero que en un momento posterior de su vida sufren un accidente cerebrovascular. La forma más común de daño cerebral adquirido son los ictus y el traumatismo craneoencefálico (TCE), cuya principal causa, a su vez, son los accidentes de tráfico, aunque también los laborales y deportivos.
Las secuelas de un daño cerebral son múltiples y, dependiendo de la gravedad y de la zona afectada, se manifiestan en trastornos de la movilidad, problemas de comunicación, déficit cognitivos y alteraciones emocionales y de la conducta. Esta combinación de secuelas imposibilita la realización de alguna actividad básica de la vida diaria en un 60% de los casos y la discapacidad severa o total en un 45%.