A raíz de la controversia reciente sobre la asociación entre la irisina, una molécula (o ‘mioquina') que producen los músculos cuando se realiza ejercicio, y su relación con el riesgo de padecer enfermedades crónicas, un grupo de investigadores, entre los que se encuentra Alejandro Lucía, investigador de los Centros de Excelencia de Investigación en Actividad Física y Deportiva y en Salud y Ciencias de la Vida, de la Escuela de Doctorado e Investigación de la Universidad Europea, decidieron llevar a cabo el estudio "Serum isirin levels, precocious myocardial infraction and healthy exceptional longevity", cuyos resultados se acaban de publicar en la revista The American Journal of Medicine.
A través del mismo, se pretendía averiguar la relación existente entre la producción de irisina, y el riesgo de padecer infartos de miocardio precoces, por un lado, o longevidad con salud excepcional, por otro. "Basándonos en que los efectos protectores potenciales de esta molécula podrían ejercer su influencia sobre la función vascular y la masa muscular, supusimos que una elevada cantidad de esta molécula podría contribuir a un envejecimiento saludable", explica Alejandro Lucía.
En concreto, irisina es una ‘mioquina' recientemente descubierta, que producen los músculos cuando se contraen al hacer ejercicio. Desde los músculos se libera al torrente sanguíneo, por donde viaja a otros tejidos, en los que puede ejercer efectos beneficiosos: por ejemplo, sobre el tejido adiposo, favoreciendo la quema de grasas o que no agotemos los niveles de insulina; o en el cerebro, donde parece favorecen los procesos de regeneración o al menos atenuar la ‘neurodegeneración'.
Metodología y conclusiones del estudio
El estudio se llevó a cabo para determinar si los niveles en sangre de irisina son más altos en personas con longevidad extrema o excepcional y además saludable (centenarios sanos o al menos sin enfermedad conocida) en comparación con ‘controles' adultos de edad media (más de 40 años), bien sanos o bien con enfermedad cardiaca (infarto de miocardio) precoz.
Concretamente, se estudiaron tres grupos: 79 centenarios sanos sin ninguna enfermedad grave relacionada con la edad (como diabetes, cáncer, enfermedades cardíacas, hígado o insuficiencia renal), 178 pacientes adultos de edad media que habían sufrido un infarto de miocardio agudo, y 180 voluntarios jóvenes pareados por sexo y edad con los 178 pacientes anteriormente citados.
El estudio desvela que los niveles de irisina que produce el cuerpo humano, pueden ser claves para llegar a una longevidad saludable y para evitar enfermedades cardíacas. Según el investigador, "la investigación puede ayudar a arrojar luz sobre qué moléculas están implicadas en el envejecimiento saludable, y en los beneficios que produce el ejercicio sobre el mismo.
A través de la investigación "se ha descubierto que los niveles en sangre de esta molécula son mucho más altos, concretamente más del doble, en centenarios de salud excepcional (sin enfermedad conocida pese a su avanzada edad) que en los controles enfermos, y también bastante más altos que en los controles sanos", indica el Alejandro Lucía.
"Los niveles altos de irisina en sangre (o irisinemia) -continúa- podrían ser un marcador de salud (igual que los niveles de azúcar en sangre, colesterol, etc.) y se asocian con menor riesgo de diabetes o de obesidad, o incluso de enfermedades cardiovasculares".
Por todo ello, esta molécula puede suponer un biomarcador de envejecimiento saludable y de longevidad, e incluso una diana molecular para posibles medicamentos ‘anti-aging', que estimulen la liberación de irisina o bien simulen sus efectos biológicos.
Además, la irisina tiene la capacidad de producir calor, debido a que puede transformar tejido adiposo blanco en tejido adiposo pardo, lo que también marca su influencia sobre la obesidad o la diabetes, según indican algunos estudios previos.
Asimismo, del estudio "Serum isirin levels, precocious myocardial infraction and healthy exceptional longevity" también se extrae que el verdadero fármaco que favorece un envejecimiento saludable y el llegar hasta edades avanzadas con una vida independiente es el ejercicio regular, "pues la irisina es un fármaco natural que no hace falta comprar ni vender, ya que lo producen nuestros propios músculos siempre que hacemos ejercicio. Por lo tanto, cuanto más ejercicio se realice, mayor cantidad de irisina producimos", concluye Alejandro Lucía.