Las vacaciones de Navidad están a la vuelta de la esquina y, con ellas, las comidas familiares, las de empresa, las reuniones con amigos, los polvorones, las copas y el temido sobrepeso. Y es que, según los expertos del Instituto Médico Europeo de la Obesidad (IMEO), en los 17 días no laborales de estas Navidades, los españoles vamos a engordar una media de entre 3 y 5 kilos.
Sin embargo, las Navidades pueden ser también un periodo perfecto para el ocio y, por ende, para realizar una gran cantidad de actividades con las que activar nuestro organismo. Tan sólo necesitamos un pequeño cambio de mentalidad y evitar el sedentarismo. "Aprovechar las reuniones con amigos para pasear por el campo, realizar alguna actividad antes de quedar para comer, o para dar un paseo por el centro de la ciudad mientras observamos la decoración, son actividades físicas entretenidas y positivas para nuestro cuerpo", apunta Fernando Dorrego, entrenador personal de Blua de Sanitas.
Cuanto más nos movamos, menos engordaremos en estas Fiestas. Podemos disfrutar de un día de nieve practicando esquí o snowboard con amigos, o deslizarnos en trineo en compañía de los niños, es decir, cualquier actividad con la que aprovechemos este tiempo de ocio para mantener nuestro metabolismo activo e intentar aumentar la quema de calorías sin perder la sensación de estar de vacaciones. Por ejemplo, el poder realizar alguna carrera popular, de entre 5 y 7 km, ya sea paseando o corriendo y en compañía, es una buena forma de motivarnos para mantener el peso en estas fechas.
Pese a ello, no debemos olvidarnos de llevar una alimentación saludable. A la hora de sentarnos a la mesa, es aconsejable evitar los excesos y practicar la alimentación consciente o mindfoodness. "Concentrarnos en saborear y disfrutar de los alimentos conseguirá que evitemos la ingesta masiva tan común en estas fechas", recuerda Patricia Escribano, nutricionista personal, como uno de los trucos más efectivos para no sucumbir a los atracones.
Otra maniobra que es interesante evitar, es comer directamente los alimentos de la bandeja a la boca, sin pasar por el plato. "Servirnos en un plato los diferentes alimentos que vamos a comer, nos permitirá dimensionar la cantidad que nos llevamos a la boca", añade.
Al igual que con la comida, la alimentación consciente la podemos aplicar también a la bebida. Saborear los líquidos ingeridos, además de beber un vaso de agua entre cada vino o refresco, nos ayudará a controlar la cantidad de bebida que tomamos.