Los pediatras lo tienen claro: los cereales son claves en la alimentación de los bebés. Así lo ponen de relieve el 59,9% del colectivo pediátrico que aseguran recomendar siempre el consumo de papillas de cereales infantiles como uno los primeros elementos a introducir en la alimentación complementaria de los bebes. A ello hay que añadir también que casi el otro 39,5% de los pediatras lo aconsejan también en algunas ocasiones, especialmente cuando los niños presentan bajo peso o se alimentan exclusivamente con leche de fórmula para completar su alimentación. Estos son algunos de los datos resultado del "I Estudio sobre hábitos de consumo de cereales infantiles en España" impulsado por Blevit, la marca de nutrición infantil de Laboratorios Ordesa, realizado a más de 2.800 padres y madres españoles y que recoge también la opinión de más de 150 pediatras españoles en torno a este alimento.
Los cereales son también la primera opción para aquellas madres con bebés de más de 6 meses, así lo afirman el 96,2% de ellas. Además, la mayoría de madres con bebés menores de 6 meses (93,9%) afirman que también tienen previsto dar papillas de cereales a sus hijos más adelante.
Según el estudio, los pediatras comienzan a recomendar las papillas infantiles a partir de los 4 meses, dependiendo de las necesidades de cada bebé y el tipo de lactancia. En esta etapa la mayoría (88%) sugiere que no contengan gluten, un nutriente que se empieza a introducir a partir del sexto mes. Los especialistas consideran que el consumo de papillas, en promedio, puede extenderse hasta los 21 meses. Sin embargo, los datos de las encuestas realizadas a los padres y madres muestran que, en la práctica, de media este alimento forma parte de la dieta de los pequeños hasta los 25 meses.
El primer alimento semisólido ideal, que favorece el desarrollo y el crecimiento
Según el estudio, los pediatras aconsejan incorporar las papillas de cereales en la alimentación del bebé por tres motivos principales: por su aporte en el desarrollo y crecimiento del niño y por ser una fuente importante de nutrientes como hierro, fósforo y calcio (31,6%); por presentarse como primer alimento semisólido y no lácteo a introducir en la dieta de los pequeños (25%) y, por último, por ser una buena fuente de energía (24,1%).
Los especialistas también apuntan la importancia de la composición de nutrientes de las papillas de cereales. "En esta edad deben proporcionar nutrientes de interés, por ejemplo, que estén enriquecidas con vitamina D y hierro, y que no contengan azúcares añadidos" explica el Dr. José Manuel Moreno Villares, codirector del Departamento de Pediatría, de la Clínica de la Universidad de Navarra (Madrid), quién aconseja "que la cantidad de azúcares libres de las papillas sea la menor posible y valorar que tenga un alto contenido en fibra, si es posible con una composición rica en cereales integrales".
Por su parte las madres expresan como principales razones para dar papillas de cereales que son un buen complemento nutritivo para sus hijos, creen que constituyen el inicio de la alimentación complementaria y porque los pediatras las recomiendan. En los primeros meses las madres valoran aspectos como la calidad, la recomendación del pediatra o la tradición de la marca, pero cuando los bebés son mayores priorizan aspectos específicos del producto como que tenga un buen sabor, la textura, la variedad o la composición.
El estudio ha investigado cuáles son los principales motivos de las madres que optan por no dar papillas de cereales a sus bebés. Casi un 25% de ellas señaló que preferían evitarlas, ya que consideran que tienen un alto contenido en azúcares. El estudio pone de relieve también al pediatra como principal y fiable fuente de información de las madres. En este sentido y según la investigación realizada, las madres siguen principalmente las recomendaciones de los pediatras, en segundo lugar, el consejo de amigos o familiares y en tercer lugar consultan internet, blogs, foros o redes sociales.
En el desayuno o la cena
Las madres siguen el consejo de los pediatras en lo referente a la cantidad de papillas al día y momentos de consumo. Tanto ellas como los médicos coinciden en señalar que los bebes ingieran entre una y dos papillas diarias, que principalmente suele ser en el desayuno y/o en la cena. En cuanto al mejor modo de introducir las papillas en la alimentación los pediatras recomiendan comenzar con el biberón y continuar poco a poco con la cuchara.