La pandemia de la COVID-19 ha tenido muchas consecuencias asociadas en cuanto a la salud de los españoles, más allá de los casos de los afectados y fallecidos a causa de la enfermedad.
"Muchos pacientes han dejado de asistir a sus consultas dermatológicas por miedo a contraer la COVID-19. La cancelación de muchas cirugías programadas que no fuesen de carácter vital y las anulaciones y retrasos en las consultas ambulatorias han agravado esta circunstancia", explica el Dr. Miguel Sánchez Viera, director del Instituto de Dermatología Integral.
El cáncer de piel es percibido por los pacientes, a pesar de las campañas de concienciación que se hacen anualmente, como menos peligroso y menos maligno que otros cánceres. "Sin embargo, no siempre es así, sobre todo, en el caso del melanoma, puede acabar provocando metástasis. Cuando esto ocurre, la mortalidad puede superar el 20%".
Durante la pandemia se han aplazado revisiones, biopsias e intervenciones en la sanidad pública. "Esto ha hecho que los dermatólogos de muchas privadas hayamos recibido y estemos recibiendo un mayor número de casos y más avanzados de los que solíamos tener", añade el dermatólogo.
Los pacientes que más afectados se han visto han sido los de edad avanzada. El hecho de vivir solos o con otra persona de edad similar, además de su vulnerabilidad, ha demorado el diagnóstico y el tratamiento.
Prevención: principal arma frente al cáncer cutáneo
Si se realiza una prevención adecuada, la tasa de curación del cáncer de piel se acerca al 100%. Estas medidas, aunque son de sentido común, no siempre se tienen en cuenta:
- No tomar el sol de forma prolongada en las horas centrales del día, es decir, entre las 12:00 y las 17:00 horas.
- Utilizar crema solar durante todo el año con un factor de protección solar mínimo de 30, que se debe elevar a 50 durante la primavera y el verano.
- Aplicar la crema fotoprotectora media hora antes de la exposición solar y reaplicar cada 2 horas y después de cada baño o cuando se ha sudado mucho.
- No exponer al sol a los menores de 3 años. Su sistema inmunológico y pigmentario cutáneo no es todavía maduro.
- Utilizar gorros y sombreros, para proteger las zonas de cara y cabeza, y ropa holgada y ligera que cubra también las extremidades en los meses de más sol.
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Autoexploraciones que deben tener en cuenta:
- Lesiones que crecen en la piel que aumenten de tamaño y que tengan aspecto nacarado, traslúcido, marrón, negro o multicolor.
- Heridas o llagas que pican, duelen, sangran o forman costra y que no sanen en un máximo de 3 semanas.
- Lunares o manchas de nacimiento que experimente cualquier cambio.
- En la autoexploración de los lunares o manchas cutáneas es muy útil la conocida Regla del ABCDE de los lunares, donde A significa asimetría; B, corresponde a bordes irregulares; C se interpreta como cambios en el color; D es un diámetro superior a 0,6 cm; y E de evolución, es decir, un lunar que cambie de tamaño, forma o color en poco tiempo.
- Revisiones dermatológicas anuales: permiten detectar cualquier lesión en la piel que tenga capacidad de malignizarse y extirparla, evitando que degenere en un cáncer de piel. La dermatoscopia permite la detección precoz de cánceres iniciales. La dermatoscopia digital con mapeo corporal permite construir un mapa seriado de nuestra piel, asociado a la detección mediante microscopio de superficie lesiones sospechosas, almacenando las imágenes para su seguimiento y comparación posterior.