Aplicar a cuidadores informales de personas con demencia que sufren sobrecarga un programa psicoeducativo mejorará su estado de salud y de forma indirecta beneficiará al paciente. Se trata de programas en los que profesionales de la Psicología les enseñan a manejar el estrés con ejercicios y entrenamiento y a resolver los problemas que se presentan en el día a día. Estas son las conclusiones de un estudio realizado por la psicóloga clínica Ana Isabel Domínguez, del Hospital Aita Menni, en su tesis doctoral que ha sido defendida recientemente en la Universidad de Deusto y que forma parte del "Proyecto Educa" del Instituto de Investigaciones Psiquiátricas de las Hermanas Hospitalarias.
La tesis lleva por nombre "Diseño y estudio de la eficacia de un programa de intervención psicosocial en la prevención o reducción de la sobrecarga del cuidador del paciente con síndrome demencial (Estudio Educa-Dos)", codirigida por los doctores Manuel Martín Carrasco e Imanol Amayra Caro. Se trata del primer estudio experimental sobre la eficacia de los programas psicoeducativos en el cuidador para protegerse en su salud.
En primer lugar, la experta ha subrayado que "la atención a las personas con problemas de discapacidad recae sobre la familia, aun con el apoyo de los recursos y los servicios públicos". "Según estudios previos, el 75% de los cuidados necesarios son dispensados por familiares o amigos sin que exista una contraprestación económica y se ha estimado que un cuidador principal de un paciente con demencia puede dedicar alrededor de 70 horas a la semana a la labor de los cuidados. El 70% de las personas con demencia vive en sus domicilios", ha afirmado.
"Esto trae consecuencias en el cuidador como ansiedad, depresión, insomnio, consumo incrementado de alcohol o psicofármacos, etc., que deterioran el funcionamiento social y laboral. En cuanto al paciente con demencia, la presencia de sobrecarga en el cuidador se asocia a una presencia más frecuente de síntomas psiquiátricos o conductuales como agresividad, hiperactividad motora, o agitación y a mayor riesgo de institucionalización. Esto supone un incremento de coste no solo económicos", ha descrito la experta.
El estudio
El estudio tuvo lugar en 20 centros de diferentes comunidades y ámbitos. Los participantes fueron cuidadores de pacientes ambulatorios, atendidos en centros de asistencia diurna, con diagnostico de demencia, en estadio leve a moderadamente grave. El estudio representa la población de cuidadores del entorno del sur de Europa, dado que han participado centros de Andalucía, Cataluña, Madrid, Castilla y León, Navarra, País Vasco y Portugal. Participaron un total de 238 cuidadores.
El objetivo era evaluar la eficacia de los programas psicoeducativos. Se utilizó el modelo de ensayo clínico y se analizaron dos grupos, uno que recibió un programa estructurado de sesiones e instrucciones prácticas para prevenir y combatir el estrés y el otro grupo recibía los consejos y orientación habituales en casos de sobrecarga.
En concreto, el grupo experimental recibió un programa del manejo de la sobrecarga a través de sesiones en las que se les enseñó cómo comprender la enfermedad y manejar la tensión, los tipos hábitos de vida más saludables, estrategias de comunicación con el paciente, como pedir ayuda y cómo manejar el estrés. Asimismo, la formación ayudó a los participantes a planificar los cuidados en el futuro y gestionar momentos difíciles en los cuidados, como una crisis.
Conclusiones
Una vez terminado el estudio, se evaluó la sobrecarga de los dos grupos mediante la escala de Zarit, que es un instrumento que cuantifica el grado de sobrecarga que padecen los cuidadores de las personas dependientes. Aunque no es el único que se ha empleado para cuantificar el grado de sobrecarga, sí es el más utilizado.
Las conclusiones pusieron de manifiesto que en el grupo donde se realizó la intervención psicoeducativa sobre el cuidador minimizó su sobrecarga y ayudó a desarrollar estrategias para resolver problemas, mejorando también aspectos del estado de salud percibido por el cuidador de pacientes con demencia. Tanto cuidadores como terapeutas valoraron positivamente la intervención y los beneficios que de ella se derivaron, como puede ser el que redunde en un mejor cuidado.