Según se ha destacado en el XXV Congreso y Salón Europeo de Farmacia (INFARMA), uno de los temas más consultados en las farmacias es la posible intolerancia a la lactosa. Según afirma Jaume Serra, médico y responsable de la Agencia de Salud Pública de Cataluña, "existe una especie de leyenda urbana de que la intolerancia a la lactosa está muy extendida".
En este sentido, el especialista explica que "genéticamente estamos destinados a perder la lactosa", pero advierte que "no es cierto que nos volvamos intolerantes", sino que la mayoría de las personas se convierten en hipolactásicas, es decir, su tolerancia a este glúcido disminuye.
Por ello, los expertos recomiendan "un buen diagnóstico y un elevado índice de sospecha" antes de aplicar una dieta restrictiva que pueda perjudicar el equilibrio nutricional. En los últimos años, el autodiagnóstico de los trastornos gástricos, las alergias a ciertos alimentos o la intolerancia a la lactosa se ha extendido en la sociedad.
En muchas ocasiones, la intolerancia a la lactosa se suele confundir con factores psicológicos, como las dolencias estomacales vinculadas con la ansiedad, o con otras enfermedades, como el síndrome del colon irritable.
Según explica el experto, "la intolerancia se produce por falta de la enzima intestinal lactasa". "La capacidad funcional de esta enzima suele desaparecer a medida que crecemos", añade Jaume Serra.
Lo habitual es que con el tiempo las personas se vuelvan hipolactásicas, es decir, siguen siendo capaces de digerir lactosa pero en pequeñas cantidades. "En estos casos lo importante es saber dónde está el umbral de intolerancia", destaca el doctor.
"Solo cuando la hipolactasia llega a ser insuficiente para digerir la lactasa percibida y aparecen molestias físicas es cuando se considera que existe intolerancia", afirma el especialista. De ahí, la necesidad de ir al médico y someterse a una prueba de intolerancia antes de autodiagnosticarse.
Si se confirmara la intolerancia, sería necesario ajustar la cantidad de lácteos, sustituirlos por otros alimentos con alto contenido en calcio y establecer una pauta dietética personalizada para garantizar el equilibrio nutricional.