El XVII Congreso Nacional de la Sociedad Española de Obesidad (SEEDO), que ha reunido a más de 300 expertos en Málaga, se ha clausurado poniendo el acento en los problemas más acuciantes que plantea esta enfermedad que "sigue estando infravalorada y ‘maltratada', y cuyos pacientes siguen siendo culpabilizados, estigmatizados e incomprendidos, además de carecer de la financiación de los fármacos que han demostrado eficacia y seguridad", sentencia el Dr. Francisco Tinahones, presidente de la SEEDO.
Y todo ello aunque la obesidad sigue registrando aumentos considerables en sus tasas de prevalencia, tanto en la población adulta como (especialmente) en la infantil y juvenil. Y también a pesar de que se acumulan las evidencias que la sitúan como una enfermedad ‘total', que "afecta negativamente a prácticamente todos los órganos y sistemas de nuestro organismo".
Obesidad y función cognitiva/salud mental
El sistema nervioso no está exento de esta influencia negativa que ejerce la obesidad, tal y como se ha puesto de manifiesto a lo largo de este Congreso. Diferentes sesiones y presentaciones se han centrado en desvelar las complejas, y crecientes, evidencias que asocian la presencia de obesidad con una afectación de la función cognitiva e, incluso, con el desarrollo de importantes trastornos mentales. Según admite el presidente de la SEEDO, "hay más porcentaje de depresión y ansiedad en los pacientes con obesidad, y parece existir también un mayor riesgo de deterioro neurocognitivo en estas personas".
Tradicionalmente, la obesidad se ha investigado poniendo el foco en las complicaciones relacionadas con el acúmulo excesivo de tejido adiposo a nivel abdominal, como el hígado graso o la propia diabetes. "Pero no debe olvidarse que la obesidad es una enfermedad global, que afecta a toda la economía de nuestro organismo, incluyendo al sistema nervioso central", aclara el Dr. Albert Lecube, vicepresidente de la SEEDO, quien recuerda que "a estas complicaciones no se les suele prestar la debida atención, pero condicionan extremadamente la calidad de vida de los pacientes y sus relaciones".
La conferencia de clausura, impartida por el Dr. José Manuel Fernández Real, ha permitido conocer de primera mano los nuevos factores implicados en la cognición en el paciente con obesidad. El experto del Hospital Universitario Dr. Josep Trueta (Girona) e investigador del CIBEROBN ha contribuido de manera extraordinaria con sus últimos trabajos a entender la relación existente entre obesidad y el deterioro de la memoria. Sus investigaciones son capitales en una de las áreas recientes de mayor interés en obesidad: la microbiota intestinal y el rendimiento cognitivo.
Sus estudios han conseguido cambiar rasgos de memoria en ratones mediante el trasplante de microbiota procedente de pacientes, lo que pone de manifiesto el potencial interés de modificar la microbiota con finalidades terapéuticas en pacientes obesos con alteraciones cognitivas. "Estos trabajos son importantes para llegar a comprender por qué las personas con obesidad podrían tener un peor rendimiento en las funciones ejecutivas, más allá de las complicaciones metabólicas asociadas a la obesidad, incorporando a la microbiota intestinal como diana de posibles tratamientos en el futuro", subraya María del Mar Malagón, presidenta electa de SEEDO.
Auge de la investigación traslacional
Esta reunión de expertos en obesidad también ha servido para hacer énfasis en la investigación traslacional que, en palabras de María del Mar Malagón, "ha caminado junto a la investigación clínica en los avances conseguidos en el ámbito de la salud en general y de la obesidad en particular". A su juicio, "esta unidad y transversalidad básico-clínica no debe ser una excepción frente a una situación extraordinaria", de hecho, anima a que "se asuma como la estrategia más eficaz de la que disponemos para asegurar la salud de las personas, incluyendo a aquellas que sufren obesidad".
Fruto de esta floreciente relación son muchos de los avances que están surgiendo los últimos años en el manejo de la obesidad. "Gracias al mejor conocimiento de los mecanismos implicados en el desarrollo de la obesidad, estamos viendo la luz en cuanto a la aparición de posibilidades terapéuticas", reconoce Malagón.
Esto es importante sobre todo si se tiene en cuenta que la obesidad ha sido clásicamente una enfermedad huérfana de tratamientos farmacológicos. "Ya disponemos de tratamientos que consiguen pérdidas de peso del 5-10% en un porcentaje elevado de pacientes, casi el 50% de ellos", subraya esta experta, con todo, "el futuro aún es más esperanzador, basado en moléculas que combinan más de un mecanismo de acción, que nos acercarán aún más a la opción que hasta ahora consigue los mejores resultados: la cirugía bariátrica".
Con todo, no hay ‘píldora milagrosa antiobesidad', sino que el manejo de la enfermedad debe orientarse a mantener unos correctos hábitos nutricionales y un suficiente grado de actividad física, apoyarse en el uso de fármacos, y corrigiendo otros factores precipitantes, incluyendo suficientes horas de sueño, disminuyendo el grado de estrés, normalizando los horarios, etc.
Compartiendo problemas y soluciones
Este Congreso se ha caracterizado también por la celebración de casi una decena de sesiones en colaboración con otras sociedades científicas de referencia. En una de ellas se ha contado con la Sociedad Española de Cirugía de la Obesidad (SECO), con la que SEEDO mantiene una relación histórica, como resalta el Dr. Tinahones, "nuestros compañeros cirujanos contribuyen a mejorar de forma importante la obesidad extrema".
Esta mesa conjunta ha permitido evidenciar el enorme impacto negativo que ha tenido la pandemia de coronavirus en las cirugías bariátricas de nuestro país. "Durante el tiempo que llevamos de pandemia se han incrementado las listas de espera para cirugía bariátrica, que en muchos territorios es de años… y es que las listas de espera de cirugía bariátrica no se priorizan en muchas zonas de España", denuncia el presidente de SEEDO, quien considera que "este hecho entronca con la falta de consideración de la obesidad como una enfermedad que debe ser tratada como el resto".
El broche de oro de esta reunión lo ha puesto otro simposio conjunto. En este caso, se han reunido destacados expertos de la SEEDO con miembros relevantes de la Federación Centroamericana y del Caribe, México y Colombia de Metabolismo y Obesidad (FECCOM), buscando nuevas vías de colaboración con las sociedades científicas de obesidad de Centroamérica y Sudamérica, con las que se comparte el mismo problema y también muchas de las causas del incremento espectacular de esta enfermedad.