La pérdida de piezas dentales es algo que afecta a personas de todas las edades. De hecho, la media de edad de pacientes que sufren la ausencia de piezas dentales y por lo tanto precisan implantes es de entre 35 y 60 años. Las causas provienen principalmente de la mala higiene dental, el tabaquismo y las dietas ricas en azúcares y alimentos procesados que favorecen la acumulación de placa bacteriana en los dientes, que a su vez puede causar gingivitis e incluso periodontitis. La enfermedad periodontal afecta a los tejidos adyacentes y que soportan a los dientes, perdiendo soporte óseo y aumentando así su movilidad, llegando a producir incluso su pérdida.
No poder presumir de una sonrisa atractiva no es la única consecuencia de la caída de piezas dentales. La pérdida de un diente origina un desplazamiento de los dientes adyacentes, provocando alteraciones oclusales, articulares y periodontales que se traducen en un desequilibrio que afecta directamente a nuestra salud. Asimismo, además de ocasionar evidentes problemas estéticos tales como la pérdida de contorno labial, también puede afectar a la masticación ya que una mala oclusión dificulta la trituración de los alimentos, lo que puede causar problemas digestivos. También altera el habla, pudiendo ocasionar problemas de pronunciación. Al mismo tiempo, pueden aparecer cefaleas y migrañas, originadas por el deterioro mandibular.
¿Qué se debe hacer cuando se pierde una pieza dental?
Gustavo Camañas, doctor de la Comisión Médica de Vitaldent, señala que "lo primero ante la pérdida de un diente es acudir al dentista para sustituir la pieza y evitar así males mayores. El odontólogo realizará un minucioso examen de las causas y de las posibles soluciones. Aunque el principal tratamiento suelen ser los implantes, en ocasiones es necesario realizar acciones previas. Hay veces que se debe rehabilitar la boca al completo, normalmente cuando hablamos de ausencias de piezas dentales no tratadas en el momento".
Actualmente se pueden realizar implantes en casi todos los casos, incluso en aquellos pacientes con enfermedades tales como artritis, osteoporosis, reuma, etc. Además, la cirugía en implantología moderna es más breve, menos invasiva y también indolora, lo que disminuye notablemente los inconvenientes que usualmente se asocian a este tipo de intervenciones.
Sin embargo, todos los expertos coinciden en que para que el resultado sea seguro y no tenga fecha de caducidad es esencial acudir a un especialista dedicado exclusivamente a este tipo de intervenciones y con experiencia. Asimismo, el paciente también debe cuidar del implante. Cepillarse los dientes tras cada comida, utilizar enjuague bucal y seda dental y llevar una dieta sana es esencial para evitar la acumulación de placa en los dientes. Y por supuesto, es aconsejable acudir al dentista una o dos veces al año como medida preventiva.