Más de 150 personas, entre niños y jóvenes con cardiopatías, familiares, personal sanitario y representantes de asociaciones de pacientes, han participado en las IX Jornadas sobre cardiopatías congénitas organizadas este sábado en Madrid por la Fundación Menudos Corazones, con la colaboración de Pfizer, Grupo Santander, Hotel Tryp Ambassador, la Fundación Mutua Madrileña, Caser Seguros, Diagonal 80, C&A y Wendigo.
Se celebran las IX Jornadas sobre cardiopatías congénitas
Con el lema "Construyendo juntos", la edición de este año de las jornadas tuvo dos ponencias estrella. "Fortalece a tu hijo", impartida por Javier Urra, el que fuera el primer Defensor del Menor en la Comunidad de Madrid, y "Células madre: biología, clínica y futuro" a cargo del Dr. Miguel Manzanares, coordinador del Programa de Biología de Células Troncales del Departamento de Desarrollo y Reparación Cardiovascular del Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares.
El Dr. Javier Urra explicó a los asistentes que "cuando un niño tiene una cardiopatía congénita u otra patología, lo que les pide el cuerpo a los papás es sobreprotegerle, pero eso es exactamente lo que no necesita el niño. No puede ser el rey de la casa por el bien presente y futuro de ese niño". Urra lanzó mensajes muy directos a los padres como: "Tenéis que fortalecer a vuestros hijos y fortaleceros a vosotros mismos para no quebraros" y "A la vida hay que ponerle ganas y echarle corazón, aunque se rompa". Además, dio mucha importancia a la educación, al amor incondicional de los padres y a sentir la esperanza como una obligación ética para convivir con la enfermedad.
Esa esperanza también la transmitió el Dr. Manzanares cuando comentó que el futuro de la investigación con células madre en el ámbito de las enfermedades cardiovasculares, y más concretamente en las cardiopatías congénitas, se encontraba en tres áreas principales: la activación de células madre cardiacas endógenas, la ingeniería de tejidos y los modelos celulares.
Paralelamente a las ponencias, la Fundación Menudos Corazones ofreció a los niños y jóvenes con cardiopatías, así como a sus hermanos, actividades lúdicas y educativas, como un taller de musicoterapia y de manualidades para los pequeños de uno a seis años y la visita de una exposición de robótica para los mayores de 7 a 17 años.