Para el 65% de los ciudadanos asimilar la vuelta a la rutina tras las vacaciones de verano se puede convertir en un problema con síntomas como insomnio, cefaleas, cansancio o apatía. Incluso, el 35% podría caer en una depresión.
El síndrome posvacacional afecta en mayor medida a las personas de entre 30 y 55 años
En este sentido Zaira Cabot, especialista de la Red Asistencial Juaneda, explica que "los últimos días antes de volver a incorporarnos a la rutina laboral es frecuente que aparezca cierto estrés y una reacción física y psíquica ante las futuras demandas que implica la incorporación al trabajo. Casi sin querer, llega la desmotivación y un estado de ánimo más bajo de lo habitual. A esto se le llama depresión posvacacional".
Por lo general, el síndrome posvacacional afecta en mayor medida a las personas de entre 30 y 55 años. Principalmente a aquellas que no están satisfechos con su actual puesto de trabajo, los que van a asumir una mayor responsabilidad o los que tienen a personas a su cargo. Además, también afecta a las personas que atraviesan una situación laboral o familiar inestable.
Según la experta, el síndrome posvacacional "no se trata de una entidad diagnóstica en sí, ya que no existe consenso en la comunidad científica, que la defina como tal, pero si que se manifiesta con un conjunto de síntomas determinados, basta con observar a nuestro alrededor. Quizá es porque lo percibimos como una actividad negativa que en un principio maximizamos y luego gestionamos mejor, a medida que pasan los días. En los actuales tiempos de crisis, se le une además un sentimiento de culpabilidad por no cuidar el privilegio de tener un trabajo".
Seguir unas sencillas pautas en los últimos días de vacaciones y en los primeros de la vuelta al trabajo puede ayudar a garantizar una buena incorporación laboral. En este sentido, la experta recomienda que no se intente abarcar todas las tareas pendientes de golpe. De este modo, solo se conseguirá frustrarse. Un punto clave, según Zaira Cabot, es dormir de forma adecuada ya que el descanso es vital, para poder desempeñar correctamente las funciones.