Las patologías neurológicas han aumentado en incidencia en los últimos años, no sólo en pacientes de edad más avanzada, debido en parte al envejecimiento de la población, sino también entre los jóvenes. Una tendencia que, lejos de tener visos de mejorar, parece avocada a intensificarse, a tenor de las previsiones de estudios que apuntan a que en 2023 la necesidad de asistencia neurológica podría superar en un 20 por ciento la disponibilidad de los neurólogos de hace sólo cinco años.
En muchos de estos cuadros clínicos, además, un diagnóstico precoz que permita implementar un tratamiento a la mayor brevedad posible condiciona notablemente la evolución de la enfermedad y los resultados de su abordaje.
El aumento de prevalencia, unido al previsible déficit asistencial y las características de atención que requieren estas patologías ha obligado, por tanto, a modificar la forma de abordarlas. Y las nuevas tecnologías han sido, y seguirán siendo, un aliado clave en este reto. Con él en el horizonte, el Hospital Universitario Infanta Elena, integrado en la red sanitaria pública madrileña, decidió dotar a su Servicio de Neurología, dirigido por el Dr. Javier Pardo, de un carácter especialmente innovador, vanguardista y tecnológico.
Así, surgió su sistema de telemedicina para la atención de la patología neurológica urgente, que contribuye a ofrecer a sus pacientes una mayor equidad, eficacia y mejor experiencia en el acceso a la asistencia especializada para el abordaje de estas enfermedades, ya sean estas cerebrovasculares, como el ictus, o no cerebrovasculares como las crisis epilépticas, los brotes de esclerosis múltiple, las hipercinesias o las crisis miasténicas, entre otras.
Los resultados, para el Dr. Pardo, son más que positivos, ya que "la teleneurología permite aumentar el número de pacientes con patología neurológica urgente que reciben valoración neurológica especializada", lo que ya redunda en una mayor cobertura asistencial de este tipo de problemas.
Además, continua, "posibilita reducir el tiempo hasta el diagnóstico, favorecer el tratamiento adecuado, optimizar la solicitud de pruebas y evitar traslados innecesarios a los pacientes, priorizando los urgentes".
Adicionalmente, concluye subrayando la importancia de las ventajas y limitaciones de este abordaje, que aúna tecnología, innovación y vanguardia al servicio del paciente neurológico, "dada la creciente disparidad entre la demanda de servicios neurológicos y la disponibilidad de neurólogos".