2 de abril - Día mundial de la concienciación del autismo

¡Tengo autismo y puedo trabajar!

Un 90 % de los adultos con diagnóstico de TEA están en paro pese a sus elevadas habilidades en cálculo o memoria

Daniel Tammet es el matemático británico de 37 años que puede recitar hasta 22.514 decimales del número pi y hablar 11 idiomas ‒el islandés lo aprendió en solo una semana‒. Hace 12 años se le diagnosticó el síndrome del autismo savant, un tipo de trastorno del espectro autista (TEA). Se trata del mismo cuadro médico que tenía Kim Peek, quien se hizo famoso por la película Rain Man, en la que lo interpretó Dustin Hoffman. Tammet ha publicado varios libros sobre su perspectiva del mundo; el último, La poesía de los números, en la editorial Blackie Books.

Pese a las habilidades memorísticas, en cálculo mental o en tareas repetitivas que acostumbran a caracterizar las personas afectadas por TEA ‒y que son muy superiores a la media de la población‒, según la asociación Autism Europe entre un 76% y un 90% de los adultos con estos trastornos están en paro. "El autismo no implica hablar necesariamente de déficit", deja claro la profesora colaboradora de los Estudios de Psicología y Ciencias de la Educación de la UOC Rosa Maria Miró, con motivo del Día Mundial de la Concienciación del Autismo (2 de abril). "De hecho" ‒añade‒, "el desarrollo cognitivo de las personas que lo tienen puede ser «totalmente normal» pero con «capacidades excepcionales» en áreas específicas".

Estas "supercapacidades" apenas empiezan a ser visibles para las grandes multinacionales. Es el caso de Hewlett-Packard, Microsoft, Oliver Wyman o Towers Watson, que han iniciado la incorporación de autistas a sus plantillas. "Su productividad detectando errores en el software es entre un 20 % y un 56 % superior a la de otras personas", reconocía Rajesh Anandan, director de la empresa ULTRA Testing, que se dedica a la prueba de software, en una jornada celebrada en la ONU justo hace un año para reivindicar el derecho al trabajo de este colectivo. De hecho, el 80 % de la plantilla de Ultra Testing tiene algún TEA. "Pueden ser personas muy buenas en ámbitos como informática; clasificación de documentos; tareas muy repetitivas; trabajos con procesamientos visuales potentes, como delineantes; o en habilidades numéricas, como los contables", explica Cristina Vall-llosera, también profesora colaboradora de los Estudios de Psicología y Ciencias de la Educación de la UOC.

En Cataluña hace un par de años se ha ubicado en Sant Cugat del Vallès la empresa social Specialisterne, S.L., que se encarga de ofrecer formación y oportunidades de trabajo dentro del ámbito de tecnologías de la información a personas con TEA. Este modelo ya funciona con éxito en Dinamarca, Estados Unidos o Inglaterra.

Uno de cada 150 niños nacen con TEA

Según datos del Ministerio de Sanidad, existen 350.000 personas con diagnóstico de TEA en España; uno de cada 150 niños que nacen están afectados por este trastorno, una cifra que también se repite en Cataluña. Por sexos es más frecuente entre los hombres: por cada cuatro casos entre el sexo masculino se detecta solo uno en el femenino. "En palabras del psicoanalista Jean-Claude Maleval, no se trata de una enfermedad, sino de un funcionamiento subjetivo particular", asegura Miró.

Sus puntos débiles se focalizan en las interacciones sociales; en la comunicación y el lenguaje; y en los patrones restrictivos y repetitivos del comportamiento. "De hecho estos tres grandes bloques se utilizan para diagnosticar qué grado de TEA tiene la persona. Todos los afectados presentan particularidades a la hora de relacionarse", detalla Vall-llosera. Entre estas particularidades las que más se repiten son que el comportamiento no se ajuste al contexto donde se encuentra la persona o no poder mantener el contacto visual. "En cuanto al lenguaje existen los dos extremos: los que tienen un vocabulario muy experto y los que no hablan pero son capaces de comunicarse con sistemas alternativos", puntualiza la experta de la UOC.

Establecer rutinas es una herramienta clave para estos trabajadores. "Les da la seguridad y la tranquilidad necesarias para dejar progresivamente de defenderse de su mundo hostil, construir un vínculo y, sobre todo, encontrar un lugar adecuado para ellos", explica Miró. Vall-llosera añade que es su manera con la que "funcionan y entienden el mundo". "Ahora bien, al igual que las personas neurotípicas no hacemos las mismas jornadas laborales, hay personas con TEA que podrán hacer una jornada de 8 horas y otros que quizás prefieren una jornada reducida", matiza Vall-llosera.

¿Qué tiene que tener en cuenta la empresa a la hora de incorporar personas con TEA a las plantillas? "Cada trabajador puede presentar unas condiciones muy específicas, por lo tanto, hay que elaborar niveles de respuesta individuales para que la incorporación sea exitosa", argumenta Miró. "Lo que acostumbra a ser más evidente" ‒añade‒ "es que les cuesta establecer un vínculo con los otros compañeros, sobre todo empatizar con ellos". "No se pueden poner en el lugar del otro. No entienden ni la ironía ni las segundas intenciones", apunta.

Vall-llosera concluye que, como cualquier persona, es imprescindible para el bienestar psicológico sentirse útil. "El trabajo es una de las áreas que nos da calidad de vida. Y hay muchas personas a quienes se asocia con no ser capaces por el simple hecho de tener el diagnóstico de TEA. Lo que hace falta es ver cuál es el trabajo y contexto adecuado a cada persona".

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