Según se desprende un estudio realizado por investigadores del Centro de Medicina Nutricional Else-Kröner-Fresenius (Alemania), un desayuno fuerte no es lo más recomendable en las dietas de adelgazamiento, puesto que no reduce el hambre ni rebaja, por lo tanto, la cantidad total de calorías que se consumen diariamente.
Los resultados del estudio han demostrado que aquellas personas que comían lo mismo en la hora de la comida y la cena, con independencia de lo que tomasen en el desayuno, adelgazaban mucho más que aquellas que basaban en el desayuno la comida principal del día.
Un gran desayuno, que suele tener un promedio de 400 calorías, no contribuye a la pérdida de peso, sino que hace que, al final del día, se acumulen en el cuerpo 400 calorías más.
Para los responsables de la investigación, ésta demuestra la concepción errónea que se mantenía sobre los beneficios de un gran desayuno en las dietas de adelgazamiento. Para bajar de peso con eficacia lo mejor es reducir las calorías consumidas, reduciendo grasas saturadas y azúcares y comiendo fruta y verdura cinco veces al día.