Los sistemas sanitarios de toda Europa no están atendiendo a las personas más marginadas, conforme se advierte en un nuevo informe publicado hoy por la asociación humanitaria Médicos del Mundo.
El estudio se basa en datos y entrevistas de 43.286 personas que acudieron en 2016 a clínicas y programas dirigidos por Médicos del Mundo y por ONG colaboradoras en 14 países. Entre las y los pacientes se encuentran nacionales de los propios estados europeos, así como migrantes procedentes tanto de dentro como de fuera de la UE y del Área Económica Europea. En muchos casos han escapado de la violencia, el conflicto o la discriminación de lugares como Siria o Afganistán. Casi una cuarta parte de las personas atendidas por la asociación son menores de 18 años.
Además de problemas físicos, muchos pacientes padecen traumas psicológicos. De quienes respondieron, más de la mitad mencionaron haber sufrido violencia y más del 60% de quienes tenían hijos o hijas menores afirmaron haber sido ser separados de algunos/as de ellos/as. La gran mayoría (el 89%) no tienen ingresos suficientes para satisfacer sus necesidades básicas y mucho menos para pagar por la atención médica.
"En nuestras consultas y programas por toda Europa vemos a personas con enfermedades graves, a veces potencialmente mortales, que resultan excluidas por motivos económicos, culturales, legales o administrativos de los sistemas sanitarios oficiales. Acuden a Médicos del Mundo como último recurso", ha declarado José Félix Hoyo, presidente de Médicos del Mundo España, durante la presentación del informe.
Más de la mitad de las personas atendidas por Médicos del Mundo y algunas ONG colaboradoras no pueden acceder a la atención sanitaria oficial ni permitirse un seguro médico. A menudo no son capaces de superar las trabas administrativas de los sistemas sanitarios locales, no entienden la lengua local, se enfrentan a la discriminación o tienen miedo de que les arresten. España y Francia son los países donde más barreras burocráticas se encontraron (así lo afirmó un 30% y un 27% de las personas encuestadas respectivamente); en Alemania destacan las barreras económicas (43%) y en Grecia ni siquiera intentan conseguir atención pública (34%).
El informe documenta los retrocesos de los países europeos en los compromisos asumidos para alcanzar la cobertura sanitaria universal, dentro de un contexto de austeridad. Detalla los pasos hacia atrás que se han dado en materia jurídica en Alemania, Francia, Irlanda y el Reino Unido, a los que había precedido España ya en 2012. Revela que las medidas que limitan el acceso a la atención sanitaria de las personas migrantes han sido perjudiciales para aquellas más vulnerables, denunciando a países como el Reino Unido, que utilizan la atención sanitaria como una herramienta para controlar la inmigración.
"La atención sanitaria es un derecho inalienable del ser humano, no un arma política, ni el guión de un argumento económico", ha manifiestado José Félix Hoyo. "Sin duda, los presupuestos son limitados, pero que la atención sanitaria integral llegue a todas las personas no solo es de interés general si no que resulta más rentable a largo plazo que limitarla a las situaciones de urgencia".
El informe ha constatado disparidades en las tasas de vacunación infantil, lo cual resulta preocupante teniendo en cuenta la necesidad de garantizar los niveles de inmunización recomendados. Aboga por un enfoque más progresivo y equitativo para la salud pública, incluyendo el acceso a la atención primaria, prenatal y postnatal, a servicios de salud mental y a la promoción de la salud.