Llega el verano y con él las ganas de helados, granizados y bebidas frías, ¿pero qué pasa con nuestros dientes? "El malestar por alimentos fríos es el primer indicador de que sufrimos sensibilidad dental", indica la odontóloga Elena Criado de Blua Sanitas.
La sensibilidad dental se manifiesta con un dolor intenso, de corta duración, asociado a la exposición de la dentina, en respuesta al frío, el calor e incluso el tacto. Suele ser un síntoma asociado a procesos como: caries dental, restauraciones mal ajustadas, fisuras, traumatismos dentarios, recesión gingival, pérdida del esmalte dental, etc.
"Se produce cuando la dentina está expuesta, lo que implica que los túbulos dentarios están abiertos y por tanto también el acceso a las terminaciones nerviosas que hay en la pulpa", explica la odontóloga. Un cepillado agresivo que da lugar a la recesión de las encías o el rechinar de los dientes por estrés son algunas de las causas que puede producirlo, pero además, hay alimentos que favorecen este problema.
- Cítricos: si la saliva no neutraliza el ácido, los dientes se vuelven más sensibles y favorecen la erosión del esmalte.
- Las bebidas carbonatadas: además de contener azúcar su pH ácido erosiona el esmalte y la dentina, facilitando la aparición de hipersensibilidad. Si se consumen, es recomendable un buen enjuague después.
- Helados: la temperatura fría provoca molestias en los dientes y además contienen elevada cantidad de azúcar que puede derivar en caries.
- Dulces: dulces duros, ácidos, chiclosos y demás tipos de dulces pueden estimular la sensibilidad dental.
- Alcohol: su consumo puede favorecer la aparición de caries y aumentar la sensibilidad dental, debido al alto contenido en azúcar.
- Café: su alta temperatura, su acidez y la tendencia de añadirle azúcar lo convierte en una bebida que afecta a la sensibilidad dental.
"Además de reducir el consumo de estos alimentos es recomendable utilizar productos específicos para la sensibilidad dental tales como pastas dentífricas, colutorios o geles tópicos", añade la odontóloga.
Según se desprende del 'Estudio Sanitas de Salud Bucodental', el 34% de adolescentes y 24% de adultos en España padece sensibilidad dental, unas molestias que afectan, a nivel general, a una de cada tres personas de entre 18 y 54 años. Se trata de una afección que gana prevalencia con los años, entre otras razones, porque cada vez consumimos más azúcar en la dieta y también hay más casos de desgaste por bruxismo debido a los niveles de estrés de nuestra sociedad.
El tratamiento
Hay una gran variedad de tratamientos para la sensibilidad dental que varían en función del paciente. Abarcan desde los productos que podemos adquirir en farmacias o grandes superficies, hasta aquellos que se aplican en una clínica dental de la mano de profesionales cualificados. Estos productos se diferencian en el porcentaje de composición química (nitrato potásico y flúor) y es recomendable que sea el odontólogo el que decida qué tratamiento utilizar dependiendo del paciente.
En la mayoría de los casos, la sensibilidad dental suele ser moderada al no producirse un daño importante en el diente y los efectos del tratamiento comienzan a percibirse a los 10-15 días de iniciarse. "La sensibilidad dental solo deriva en cirugía en los casos en los que se ha producido por una retracción de encías y se necesita corregir la lesión con una cirugía de encías. Por otro lado, si la sensibilidad se debe a caries se resuelve simplemente con un empaste sin necesidad de una intervención quirúgica", concluye la doctora Criado.
No obstante, en uno u otro supuesto, es básico que quienes sufran sensibilidad dental consulten con un profesional cualificado antes de someterse a cualquier tratamiento.