Vacunarse durante el embarazo es crucial para proteger frente a infecciones importantes como la gripe y la tosferina

Cuando una embarazada padece la gripe, el riesgo de que su hijo sea prematuro, tenga bajo peso al nacer o desarrolle sepsis neonatal es superior al resto de  recién nacidos.
La vacunación de las madres se considera la medida más efectiva para reducir los casos graves y muertes por tosferina en lactantes.

La gripe en mujeres embarazadas y en recién nacidos y la tosferina en niños menores de seis meses comportan especial gravedad. La Sociedad Española de Epidemiología (SEE) defiende que la vacuna antigripal y la vacuna frente a la tosferina son seguras durante el embarazo y, por lo tanto, tienen un claro beneficio para la salud de las mujeres y la de sus hijos.

Un informe elaborado por el Grupo de Trabajo sobre Vacunaciones de la SEE recuerda que durante el embarazo se producen cambios inmunológicos y fisiológicos que pueden aumentar la susceptibilidad de la madre y del recién nacido frente a infecciones graves y llaman la atención sobre las tasas de vacunación en España en estos casos.

Los epidemiólogos proponen que se lleven a cabo actividades de formación y sensibilización de los profesionales de salud, ya que a la hora de tomar la decisión de vacunarse, para las embarazadas es determinante la recomendación de los profesionales sanitarios.

También, piden que la Administración y los gestores sanitarios establezcan objetivos homogéneos, medidos con indicadores de coberturas de vacunación antigripal y frente a la tosferina en las mujeres embarazadas.

El riesgo de hospitalización por gripe en mujeres embarazadas respecto a mujeres no embarazadas es elevado

Los resultados de algunos estudios antes de la pandemia de 2009 ya mostraban que las mujeres embarazadas, especialmente en el segundo y tercer trimestre de gestación y en el postparto, tenían tasas de hospitalización por gripe superiores a las observadas en mujeres no embarazadas. Además, en la pandemia de 2009 se puso de manifiesto que el riesgo de hospitalización, ingreso en unidades de cuidados intensivos y muerte eran muy importantes en embarazadas.

Estudios posteriores confirman que el riesgo de hospitalización por gripe en mujeres embarazadas respecto a mujeres no embarazadas es elevado. Los mecanismos por los que se aumenta el riesgo podrían explicarse, al menos en parte, por un aumento de la demanda cardiovascular o por cambios en el sistema inmunitario mediados por hormonas.

Cuando una embarazada padece la gripe, el riesgo de que su hijo sea prematuro, tenga bajo peso al nacer o desarrolle sepsis neonatal es superior al resto de  recién nacidos. También se ha observado asociación entre el padecimiento de la gripe durante el embarazo y los abortos o las muertes fetales.

La vacunación de la mujer embarazada con vacuna antigripal inactivada no contiene virus vivos, por lo que no supone ningún riesgo para la embarazada ni para el feto y está especialmente recomendada tanto en los países europeos como en España en cualquier trimestre del embarazo. 

Sin embargo, a pesar de estas recomendaciones, la cobertura de vacunación en mujeres embarazadas en nuestro país es baja (29,4% en la temporada 2017-2018). En un estudio realizado en España en mujeres embarazadas con gripe grave que requirieron ingreso hospitalario sólo se había vacunado el 3,6%, cuando el riesgo de hospitalización es 7,8 veces mayor que el de las mujeres en edad reproductiva no embarazadas.

Con la vacunación antigripal se produce una transferencia de la madre al feto de los anticuerpos generados por la vacunación. Un ensayo clínico mostró que la eficacia de la vacuna a embarazadas para prevenir la gripe durante los primeros cuatro meses de vida del bebé era del 67,9%.

Vacuna de tosferina en mujeres embarazadas para proteger a los recién nacidos

La tosferina sigue siendo una infección importante en el mundo. Muchos países con buenos programas de vacunación han presentado un resurgimiento de la misma, a pesar de coberturas de vacunación altas. En España, se ha mantenido la cobertura de vacunación superior al 95% para las tres dosis básicas y entre 93% y 95% para cuatro dosis.

Sin embargo, se ha observado un aumento de la incidencia de tosferina entre 1998 y 2016 (de 0,8 a 8,8 por 100.000 habitantes). En 2016, hubo tres muertes por tosferina en recién nacidos menores de dos meses. Un estudio realizado en Cataluña y Navarra mostró que el 14,9% de los casos fueron hospitalizados y que 91% fueron niños menores de seis meses. La fuente de infección para la mayoría de estos casos fue un contacto doméstico, especialmente sus madres.

Los departamentos de salud de diferentes países recomiendan a las mujeres embarazadas una dosis de vacuna de tosferina acelular entre las semanas 26 y 36 de gestación para proteger al recién nacido.  Además, al proteger a la madre también se evita que ella sea fuente de infección.

La cobertura de vacunación de las madres con la vacuna de la tosferina en 2017 fue del 80% según datos del Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social. Esta cobertura, aunque se puede considerar aceptable, se podría mejorar a través del consejo de los profesionales que atienden a las mujeres durante el embarazo. La vacunación de las madres en todos los embarazos, se considera en la actualidad la medida más efectiva para reducir los casos graves y muertes por tosferina en lactantes y, por lo tanto, se debe recomendar su administración a todas las mujeres entre la semana 26 y 36 del embarazo.

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