Los fitoestrógenos son compuestos derivados de las plantas dotados de una actividad similar a la de los estrógenos del organismo humano, aunque más débil. La mayoría de los fitoestrógenos se encuentran en la dieta como compuestos inactivos, aunque, tras ser ingeridos, mediante la actividad de las enzimas del tubo digestivo se convierten en compuestos con una estructura química similar a la de los estrógenos.
Un estudio realizado con 1.674 pacientes de cáncer de pulmón y 1.735 personas sanas ha revelado que los pacientes con cáncer de pulmón tienden a consumir menores cantidades de fitoestrógenos que los casos-control; además, se encuentran algunas diferencias en cuanto al sexo, y los beneficios son evidentes en los no fumadores y en los fumadores pero no en los ex fumadores.
Los autores concluyen que sus resultados apoyan la creciente evidencia epidemiológica de que los estrógenos y los fitoestrógenos se asocian con un descenso en el riesgo del cáncer de pulmón, de modo especial en los que nunca han fumado y en los fumadores. Es necesario realizar estudios prospectivos.
Son las hormonas sexuales femeninas más importantes. Sus funciones son diversas: a) son responsables de los cambios físicos (de niña a mujer); b) producen el crecimiento de los senos y genitales externos; c) ensanchan la pelvis; d) desarrollan la vagina y aumentan sus secreciones; e) acondicionan el cuerpo para ser fecundado y poder concebir. La cantidad de estrógenos aumenta durante la pubertad y desarrollan los tejidos de los órganos sexuales. En el periodo reproductivo ‒entre los 20 y los 30 años‒ se intensifica la producción. Finalmente, desciende a niveles más bajos después de la menopausia.