La conjuntivitis es la inflamación y el enrojecimiento de la membrana que recubre la parte blanca del ojo y la cara interna del párpado. Esta membrana se llama conjuntiva y se encarga de mantener la humedad. La inflamación de la conjuntiva puede deberse a la presencia de bacterias, virus y alergias, y presenta los síntomas de secreciones, ardor, irritación y lagrimeo, además de sensación de tener arenilla en los ojos, disminución de la visión, sensibilidad a la luz y picor.
Clasificación
La conjuntivitis bacteriana se caracteriza por la presencia de una secreción amarillenta, enrojecimiento, comezón y acumulación de líquidos en los párpados. Se asocia a la presencia de estafilococos y estreptococos. Se contagia por medio de toallas, pañuelos, almohadas y cosméticos contaminados, además de por las manos sucias.
La conjuntivitis vírica comienza repentinamente y se manifiesta por enrojecimiento, sensación de cuerpo extraño y quemadura, inflamación en los párpados, dolor, lagrimeo excesivo y secreción de sangre en ambos ojos. Está causada por el enterovirus serotipo 707 y el virus Coxsackie A247, los cuales se contagian a partir de de toallas o pañuelos contaminados. Es muy contagiosa.
La conjuntivitis de inclusión se debe a la bacteria Chlamydia trachomatis y su aparición es frecuente en regiones secas y calurosas. Se contagia en el parto por el contacto del bebé con las mucosas de la madre y a partir de objetos contaminados.
La conjuntivitis primaveral tiene una causa alérgica y suele presentarse de manera periódica en primavera o verano, debido a que en estas estaciones del año suele haber mayor contacto con alérgenos, como el polen.