Es necesario administrar tratamiento farmacológico en el caso de crisis recurrentes, y se debe mantener hasta cuatro años después de desaparecidas las mismas. Los anticonvulsivantes son los medicamentos de elección.
Los epilépticos deberán de evitar las situaciones peligrosas o que pongan en peligro su vida en caso de que se presente una crisis.
Algunos pacientes epilépticos se pueden beneficiar de la cirugía cerebral para remover las células cerebrales anómalas que están provocando las convulsiones.