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La familia
Si es testigo de una crisis epiléptica es bueno tener en cuenta una serie de recomendaciones. Mantenga la calma en primer lugar y no trate de sujetar ni de reanimar a la persona que sufre la crisis ya que, por lo general, recuperará la conciencia en pocos minutos. Tampoco es necesario realizarle la respiración artificial, aunque aparentemente no respire. Evite que se haga daño al convulsionar e intente tumbarlo de lado en el suelo en una superficie blanda (una cama o un sofá, etc.) o colóquele una almohada o algo blando debajo de la cabeza para evitar que se golpee. También se recomienda alejar aquellos objetos que puedan dañarle.
En el caso de que tenga vómitos, se recomienda ponerle de costado para que pueda expulsarlos y respire mejor, sin tratar nunca de abrirle la boca a la fuerza. Es negativo colocar pañuelos u otros objetos entre los dientes, ya que con esto sólo se consigue dificultarle la respiración
Intente despejar las vías respiratorias del enfermo para ayudarle a respirar, aflojando el cuello de la camisa, corbata u otra prenda ajustada que pueda dificultarle la respiración. Observe atentamente todo lo que ocurre durante la crisis, ya que es una información útil para un adecuado diagnóstico posterior.
No es necesario llevar a la persona a un Servicio de Urgencia, excepto si la crisis dura más de quince minutos o si se repite una crisis tras otra sin recuperar la conciencia. Es frecuente que, después de la crisis, el paciente caiga en un sueño profundo o se encuentre cansado y algo desorientado.
Régimen de vida
El paciente conoce qué situaciones disparan sus crisis y debe evitarlas. Estas pueden ser luces centelleantes, programas de televisión, falta de sueño, etc.
Se deben evitar las actividades que impliquen riesgo en el caso de una crisis como el montañismo o conducir vehículos. Los trabajos con riesgo físico se deben evitar.