El melanoma es un tipo de cáncer de la piel que se origina en las células llamadas melanocitos, que son las que producen la melatonina, responsable de que la piel se ponga morena cuando se expone al sol.
Los melanomas pueden localizarse en cualquier parte de la piel. Lo más habitual es que detecte al identificar un lunar que crece o que altera su forma y color. En los hombres, con mayor frecuencia, se localizan en el pecho, el estómago o en la espalda. En las mujeres es más habitual que se localice en la parte inferior de las piernas.
La mayoría de los cánceres de la piel no se expanden, pero el melanoma puede provocar metástasis a distancia.
Para el diagnóstico precoz es importante vigilar los lunares que se tienen, teniendo en cuenta que pueden crecer en áreas del cuerpo que no se ven habitualmente; por ejemplo, entre los dedos de los pies, en el cuero cabelludo o debajo de una uña.