Es una inflamación del páncreas, encargado de producir diversas enzimas digestivas, además de las hormonas insulina y glucagón.
Las principales causas de pancreatitis aguda en los adultos son el consumo de alcohol, la obstrucción del conducto pancreático y algún tipo de curgía. Además, puede estar causada por virus, como el de las paperas, el virus Coxsackie B, el micoplasma y Campylobacter.
Un golpe tras un accidente o una lesión durante una intervención quirúrgica también pueden ser una causa posible. Algunos medicamentos, como los estrógenos, los corticosteroides, los diuréticos tiazídicos y azatioprina, pueden aumentar el riesgo de padecer esta enfermedad.
Existen algunas pancreatitis hereditarias o debidas a alteraciones congénitas del órgano debidas también a una enfermedad llamada fibrosis quística.
El páncreas inflamado segrega una gran cantidad de enzimas digestivas que comienza a digerir el propio órgano (autodigestión). El enfermo sufre un dolor muy agudo y mantenido en el abdomen que se irradia hacia la espalda. La ingestión de comida empeora el dolor y la posición de tumbado boca arriba también.
Aparecen, además, náuseas y vómitos, sudoración, ansiedad y ligera coloración amarillenta de la piel (ictericia).
La mayoría de los casos se resuelven en una semana, pero algunos se convierten en una enfermedad potencialmente mortal. La tasa de mortalidad es alta en la pancreatitis hemorrágica o en la pancreatitis necrosante, y se pueden presentar complicaciones tales como daños hepáticos, cardiacos o renales.