De sobra son conocidos los numerosos beneficios de la actividad física para mantener una vida saludable. De hecho, la Organización Mundial de la Salud (OMS) conmemora anualmente, cada 6 de abril, las bondades de dicha práctica. Ahora, además, un estudio llevado a cabo por la Universidad de Birmingham y el King's College London de Reino Unido confirma que estar activo mantiene el cuerpo joven y saludable, es decir, ralentiza el proceso de envejecimiento.
Como señala la Dra. Cecilia Almuiña Tojo, directora de International Medical Institute de Vithas Internacional, "las investigaciones señalan que las personas que practican ejercicio de forma regular a lo largo de su vida no experimentan un aumento de los niveles de grasa corporal o colesterol con la edad. Además, muestran un sistema inmunitario similar al de una persona joven, que no parece envejecer".
Otro punto fundamental a tener en cuenta durante la madurez es la pérdida paulatina de masa muscular: "la sarcopenia solo puede ser compensada con un entrenamiento específicos de fuerza, por ello es fundamental introducir rutinas de trabajo muscular con pesas que contribuyan también al mantenimiento de la fuerza", señala el Dr. Juan A. Corbalán, director de la Unidad de Salud Deportiva de Vithas Internacional, que añade como beneficios del trabajo con pesas "el aumento de la fuerza y de la resistencia, la disminución del peso corporal y la necesidad de una alimentación equilibrada".
Todo ello pone de manifiesto la importancia de la práctica regular de ejercicio para mejorar nuestra calidad de vida y evitar la frecuente asociación existente entre vejez y enfermedad. Como apunta el Dr. Corbalán, "siempre es necesario adaptar la actividad física a las capacidades del paciente, por ello es importante que exista una valoración médica previa para descartar o conocer patologías latentes".
¿En qué consiste la dieta antiaging?
Otra de las claves para ralentizar el proceso de envejecimiento es combatir el estrés oxidativo, uno de los principales causantes del mismo. Para ello es fundamental seguir una alimentación saludable. "Existen 3 puntos clave que definen la llamada dieta antiaging: la abundancia de frutas y verduras como fuente de antioxidantes, elegir alimentos que sean fuente de grasas saludables, es decir, insaturadas, y la restricción calórica mediante el aporte de las proporciones saludables necesarias en cada caso", explica la Dra. Almuiña.
Teniendo presentes estas recomendaciones, y siempre mediante una estrecha supervisión médica que nos garantice el aporte óptimo de nutrientes necesarios en cada caso y bajo los principios de una alimentación sana: suficiente, variada y equilibrada, lograremos contrarrestar los principales procesos biológicos responsables del envejecimiento, apunta la especialista.
"Los alimentos de origen vegetal son ricos en antioxidantes destacando los que poseen alto contenido en vitamina C, vitamina E, carotenoides o polifenoles. Respecto al contenido graso insaturado, es necesario incluir Omega 3 y 6 y, por último, es necesario equilibrar el consumo de calorías de la dieta con el gasto calórico, lo que permitirá retrasar multitud de patologías asociadas a la edad, como la diabetes, el cáncer, las enfermedades cardiovasculares y neurodegenerativas.