El nuevo contexto laboral, basado en los entornos de trabajo híbridos y en un mayor uso de las nuevas tecnologías, ha traído consigo una mayor versatilidad, inmediatez y flexibilidad tanto para las empresas como para los empleados. Sin embargo, estos nuevos modelos de trabajo están favoreciendo que los trabajadores se vean incitados a atender asuntos profesionales en cualquier momento y lugar, propiciando la implantación de la cultura ‘always on', es decir, la incapacidad para desconectar del trabajo de manera efectiva.
Muestra de ello es que, tal y como se extrae de la última edición del estudio de la compañía aseguradora en salud Cigna `COVID-19 Global Impact', el porcentaje de empleados que afirma vivir inmerso en una cultura ‘always on' en su trabajo se sitúa en el 73%, un 10% más si lo comparamos con los resultados obtenidos en enero de 2020 (63%). Y es que el hecho de que muchas personas sigan teniendo la oficina en casa ha provocado que sea más complicado desconectar una vez terminada la jornada laboral, y es especialmente palpable cuando un 42% indica mantenerse conectado los fines de semana, un 39% afirma sentarse a trabajar incluso antes del inicio de su día laboral, y un 19% es incapaz de desconectar ni siquiera durante las vacaciones.
Esta conexión constante al trabajo influye directamente en la dificultad a la hora de conciliar la vida laboral y personal, lo que puede derivar en un incremento de los niveles de estrés, con los consiguientes trastornos y problemas que provoca sobre la salud de los trabajadores: físicos (fatiga, cefaleas, problemas gastrointestinales, insomnio…), conductuales (impulsividad, agresividad, nerviosismo…) y emocionales (baja autoestima, falta de atención, frustración, tristeza o, incluso, depresión y ansiedad). Unas consecuencias que, dentro del entorno laboral, podrían traducirse en una disminución de la productividad y motivación de los integrantes de la empresa.
"Conscientes de este contexto, es tarea clave de las empresas poner en marcha medidas de apoyo desde un enfoque integral de la salud, que tengan en cuenta todos los ámbitos de la vida que repercuten directamente en el bienestar de los empleados (las relaciones familiares, la salud financiera y la vida laboral, principalmente) con foco en las medidas que fomenten la adecuada desconexión digital", destaca Ana Romeo, directora de Recursos Humanos de la mencionada compañía.
Con el objetivo de ayudar a los empleados a mejorar sus hábitos y prevenir cualquier riesgo en este sentido, la aseguradora de salud, propone cuatro factores a tener en cuenta para establecer una sólida filosofía de desconexión laboral adaptada a cada una de las esferas que influyen en la vida de los trabajadores:
- Fomentar una buena gestión del tiempo. Para evitar que la falta de desconexión acabe afectando a la productividad, las empresas deben promover seminarios o talleres de coaching con profesionales acreditados que ofrezcan formación relacionada con técnicas de productividad y concentración y enseñen a gestionar el tiempo y las tareas del día a día. Además, si una de las consecuencias más notables de esta situación es el estrés o la ansiedad, es recomendable ofrecer servicios orientados al control y prevención de estas problemáticas mentales. Los seguros de salud con coberturas psicológicas ayudan a tratar directamente todas las patologías que influyen en el bienestar emocional de los miembros de un equipo. Se trata, por tanto, de que las empresas y los directores de RRHH respalden la vida personal de los empleados y se propongan crear un ambiente de trabajo positivo que les sirva de apoyo.
- Prestar atención a las familias y seres queridos de los empleados. Las organizaciones también deben entender la dificultad para conciliar la vida personal y laboral y el peso tan importante que tiene la familia sobre la salud y el bienestar de su equipo. Para manifestar su apoyo en este ámbito, pueden brindarles acceso a la atención médica siempre que lo necesiten: el servicio de telemedicina puede convertirse en el gran aliado de los empleados, ofreciendo la posibilidad de acceder a un cuidado holístico de la salud esté donde esté, tanto a nivel físico como emocional.
- Fomentar vínculos con las personas cercanas. Para evitar la aparición del sentimiento de soledad, una de las muchas problemáticas a las que nos hemos tenido que enfrentar en los últimos meses, las empresas pueden ofrecer múltiples servicios digitales de vanguardia que actúan como red de apoyo de las personas: acceso a herramientas online, recursos y consejos que fomenten una vida saludable, etc. Al fin y al cabo, conviene que las organizaciones garanticen a los empleados un acceso rápido a la atención médica siempre que la necesiten, mediante planes de salud que les conecten con una amplia red de profesionales sanitarios, proporcionando amplias coberturas y servicios.
- Gestionar el estrés financiero del nuevo contexto social. La inestabilidad económica hace que muchos empleados sientan la obligación de estar siempre conectados por miedo a perder su empleo y no poder afrontar sus pagos. Para abordar esta nueva realidad y velar por la salud financiera, es recomendable poner en marcha evaluaciones de salud online a través de cuestionarios que permitan conocer nuevos riesgos del entorno laboral y, así, proporcionar recursos personalizados para mejorar la salud y bienestar.
La comunicación bidireccional entre empresa y empleado será clave durante todo este proceso. En primer lugar, la organización tendrá que ser mucho más proactiva a la hora de mantener el contacto con su plantilla de forma individual y preguntar periódicamente a cada trabajador cómo está, qué necesita, si su carga de trabajo es asumible y animarle a pasar tiempo con sus seres queridos o a realizar alguna afición que le motive. Por tanto, es fundamental que las organizaciones se conviertan en el principal pilar de apoyo de las plantillas, cuidando su salud de forma holística, creando un entorno de confianza y de contacto continuo.