En el marco del Día Mundial de la Dermatitis Atópica que se celebra hoy, LEO Pharma, compañía farmacéutica especializada en dermatología médica, ha querido visibilizar el impacto de la infección por coronavirus SARS-CoV-2 y la enfermedad asociada (COVID-19) en la piel de muchos pacientes. Desde que la pandemia golpease a nuestro país, los primeros estudios comenzaron a destacar la presencia de manifestaciones cutáneas en ciertos pacientes con COVID-19.
Tras varios meses, se ha observado que un número considerable de pacientes ha sufrido complicaciones cutáneas a causa del coronavirus. Actualmente, se estima que entre el 2% y el 20% han manifestado múltiples síntomas que abarcan desde erupciones hasta urticarias o eczemas. Asimismo, los pacientes con dermatitis atópica grave en tratamiento con fármacos inmunomoduladores sistémicos han sido catalogados dentro de los colectivos más vulnerables junto a las personas mayores, los pacientes con enfermedades crónicas, los pacientes oncológicos y las personas inmunodeprimidas.
Hoy en día, todavía sigue existiendo mucha incertidumbre en torno al impacto de la dermatitis atópica y de sus tratamientos en la evolución de la infección por SARS-CoV-2 y viceversa. Problemáticas derivadas de la pandemia, como la interrupción de los tratamientos o el estrés que ha generado en la sociedad esta crisis sanitaria, han generado no sólo un aumento de casos de dermatitis atópica y otras lesiones cutáneas sino un empeoramiento de aquellos pacientes que ya las sufrían con anterioridad.
La dermatitis atópica, una necesidad no atendida
También conocida como "eczema atópico", la dermatitis atópica es hoy en día la enfermedad cutánea crónica más común en el mundo desarrollado. Sólo en España, es una enfermedad con una prevalencia en población adulta del 7,2%. Afectando también a niños, la dermatitis atópica provoca grandes molestias a los pacientes que la sufren debido a la intensa picazón que puede producir. Además, debido a su gran heterogeneidad, afecta a personas de todos los tipos de piel y etnia y se desarrolla y se manifiesta de manera diferente en cada individuo, complicando el proceso de cada paciente. Con los tratamientos actualmente disponibles hay un elevado riesgo de comorbilidades psicológicas como la ansiedad y la depresión.
Actualmente, y a pesar de su amplia difusión, la dermatitis atópica constituye un área de importante necesidad no atendida y los pacientes sufren su condición doblemente. Además de las molestias provocadas por las lesiones cutáneas y los picores, estas pueden provocar un cierto estigma social. "Los pacientes se sienten descuidados, incomprendidos y poco empoderados. Si tenemos en cuenta el considerable impacto físico, social y emocional de una condición como la dermatitis atópica, opciones de tratamiento adicionales son más necesarias que nunca", ha apuntado la Dra. Ana Belén Romero, Medical Director en LEO Pharma Iberia.
En este sentido, la compañia se encuentra investigando y desarrollando nuevos tratamientos para la dermatitis atópica, como es el caso de tralokinumab. En junio de este año, y en el marco del Congreso Anual de la Academia Americana de Dermatología (AAD), anunció los resultados de 3 ensayos clínicos de este nuevo tratamiento biológico para la dermatitis atópica moderada-severa en adultos y que demostraban la eficacia de este anticuerpo monoclonal totalmente humano.