En España, alrededor de 400.000 personas conviven con el diagnóstico de esquizofrenia. Y, ante el progresivo proceso de desescalada, su situación se puede complicar. En estas personas, a los miedos e inquietudes que podemos tener cualquiera, pueden sumarse trastornos más complejos como la agorafobia, síntomas obsesivos o estados depresivos, así como otras necesidades específicas tanto a nivel médico como personal y social, que, de no abordarse, pueden traer consigo un agravamiento de su trastorno de salud mental.
Ante esta nueva situación la Alianza Otsuka-Lundbeck pone en marcha la Campaña #REinicia con el objetivo de "acompañar" y dar respuesta virtualmente a estas necesidades de las personas con esquizofrenia y sus familias, ante el aún muy reducido número de consultas presenciales que se pueden mantener.
La importancia de recuperar el autocontrol, cómo afrontar el duelo o la manera de conseguir un equilibrio ocupacional satisfactorio, son algunos de los ocho temas que abordaran diferentes profesionales sanitarios. Entre ellos está el doctor Fernando Mora, jefe de la Sección de Psiquiatría del Hospital Universitario Infanta Leonor (Madrid), quien reconoce que "la mejor manera de conseguir una buena adaptación de estas personas al desconfinamiento, y que no interfiera demasiado en su salud mental, es lograr que asuman este proceso combinando las recomendaciones generales para el conjunto de la población con las específicas de sus profesionales sanitarios de referencia".
Esquizofrenia: impacto del confinamiento
Como explica el doctor Mora, durante este periodo, "muchas personas con esquizofrenia han sobrellevado bien la situación, si bien algunas han sufrido una descompensación. Además, en algunos casos el temor al contagio ha hecho que no acudan a los hospitales, por lo que su estado ha ido empeorando, haciéndose manifiesto en las últimas semanas".
En concreto, el doctor Jesús de la Gándara, jefe del Servicio de Psiquiatría del Hospital Universitario de Burgos, afirma que "aproximadamente a la mitad de los pacientes hemos tenido que hacerles modificaciones en el tratamiento en relación con patrones fisiológicos de actividad y de sueño". No obstante, ambos expertos coinciden en que, "gracias a la continuidad de los tratamientos, la colaboración de las familias y el estrecho seguimiento de los pacientes de forma telemática, no se ha producido un aumento de sus ingresos durante el confinamiento. Sin embargo, hay que estar muy alerta ante las necesidades que les puedan surgir durante el proceso de vuelta a la "nueva normalidad" motivadas por el impacto del confinamiento en su salud mental".
En este sentido, Jorge Serna, terapeuta ocupacional en el Hospital de Día de Psiquiatría del Hospital Universitario Ramón y Cajal (Madrid), concreta que, "a nivel individual, las principales áreas que se han visto afectadas en las personas con esquizofrenia durante el confinamiento han sido las que hacen que la persona sea competente a nivel ocupacional, como asearse, tomar la medicación, el cuidado de la casa, la convivencia familiar, etc. Mientras que, a nivel social, han sido el mantenimiento y cumplimiento de las relaciones sociales, la sensación de fracaso sociolaboral o la dificultad para expresarse, entre otras".
Además, el uso de la tecnología ha pasado a ser fundamental en el seguimiento de las personas con esquizofrenia, pero, como apuntan los doctores Mora y De la Gándara, "no debemos olvidar que las consultas presenciales son fundamentales en muchos casos, como los de enfermedad mental grave más trastorno de personalidad, consumo de sustancias o situación social insostenible". Y así lo corrobora Jorge Serna, quien subraya que "la terapia ocupacional presencial es irremplazable. El romper, aunque sea de forma transitoria, la relación terapéutica aumentará la desconfianza hacia la misma".
Abordaje de la Salud Mental desde la "nueva normalidad"
Al igual que la pandemia podría conllevar algunos cambios en el estilo de vida de todos los ciudadanos, "en el ámbito de la Salud Mental, vamos a tener que crear rutinas de trabajo nuevas que nos permitan manejar eficazmente la relación médico-paciente", incide el doctor De la Gándara. Estas rutinas implican el dotar de nuevas herramientas a las personas con esquizofrenia y sus familias.
Al respecto, el doctor Mora considera necesario que, junto a las medidas de protección generales, "si vamos a ofrecer una atención telemática en Salud Mental, es necesario que se facilite el acceso a la tecnología necesaria para ello, mediante la financiación de los dispositivos electrónicos o el acceso a internet. Y en la consulta debemos trabajar la regulación emocional, ayudar a poner en marcha estrategias de afrontamiento adaptativas y estar atentos ante una posible recaída".
En el caso de Jorge Serna, desde su ámbito de especialidad, cree que, sobre todo, "hay que dar a las personas con esquizofrenia información, acompañándolos y estando más abiertos a sus necesidades; a lo que hay que unir más atención y comunicación entre el paciente y su familia con los distintos recursos asistenciales implicados en su tratamiento e intervenir sobre el entorno con políticas de información, evitando el estigma".
En definitiva, los tres expertos concluyen que "el objetivo es continuar ofreciendo una buena atención sanitaria, personalizada y de calidad, pero incorporando el aprendizaje que la convivencia con la COVID-19 ha supuesto para todos. Y, así, lograr estar disponibles para todos los pacientes, calibrar sus necesidades en función de sus particularidades, de su enfermedad y de sus realidades y poder hacerlo sin poner en peligro la salud de nadie".