La llegada de las fiestas navideñas trae consigo también unos días de ajetreo, excesos y cambios de rutinas que pueden afectar a la salud física y psicológica de las personas mayores en especial. Con los años, la capacidad de adaptación ante los cambios de entorno y de hábitos se reduce y esta época puede acabar resultando estresante para los más mayores. A esto se une el recuerdo de aquellos seres queridos que ya no están y que puede impactar de manera negativa en su estado de ánimo e intensificar su sensación de soledad. Por ello, es necesario tomar una serie de medidas para no alterar su rutina de manera excesiva y facilitar la convivencia.
"Es importante respetar sus momentos de tranquilidad y mantener sus rutinas en la medida de lo posible. El componente ambiental es esencial en el caso de las personas con demencia ya que pueden desorientarse en Navidad debido al cambio de elementos del entorno, como la decoración, las luces navideñas y la disposición del mobiliario, o generarles miedo o rechazos", explica Conchita García Alonso, coordinadora de Gestión Asistencial de Sanitas Mayores.
En el ámbito de la nutrición, las personas mayores suelen mantener una alimentación ligera durante todo el año, pero en Navidad esta rutina cambia con comidas copiosas y dulces de todo tipo. "Pueden verse afectados debido a un proceso digestivo más pesado y lento, gases o ardor estomacal, así como a la interferencia con otras dolencias propias de la edad. Es recomendable que estas comidas sean equilibradas y variadas gastronómicamente, con alimentos saludables y bajos en grasas y realizándolas a una hora razonable. De esta forma, podrán disfrutar y evitar que una mala digestión les arruine la velada", comenta la doctora García Alonso.
En el caso de las personas que tengan dificultades de deglución o masticación, la texturización de los alimentos es una alternativa idónea para mantener una alimentación adecuada y, a la vez, disfrutar de la gastronomía.
Durante estas fechas, los mayores pueden experimentar sentimientos de tristeza y soledad, especialmente por la ausencia de seres queridos. Por ello, el papel de la familia en su comprensión y apoyo son fundamentales. "Es importante implicar al mayor en las fiestas. Por ejemplo, que participe en los preparativos de Navidad (decorar el árbol, preparar la mesa, hacer manualidades con los más pequeños, etc.) ayuda a mejorar su estado de ánimo y vitalidad, además de reforzar los lazos con sus familiares. También es muy positivo el recuperar sus tradiciones, compartir los recuerdos de las navidades de su niñez o cantar villancicos tradicionales, actividades que además fomentan su estimulación cognitiva", añade la doctora.
Por otro lado, el ocio y el deporte también resultan muy beneficiosos y ayudan a contrarrestar los excesos alimenticios. Un paseo de unos 30 minutos con los familiares puede ser muy positivo. Por otro lado, Conchita García Alonso explica que "en Sanitas Mayores se ha organizado una actividad muy especial para esta época basada en la musicoterapia. En los 45 centros residenciales de la red, se representará de manera simultánea una adaptación del musical ‘El cuento de Navidad' de Charles Dickens. Se trata una iniciativa muy completa que tiene tanto beneficios físicos como psicológicos y en la que pueden participar todos los residentes ya que está adaptada a los diferentes niveles de demencia o grados de dependencia".