Después de varios meses conviviendo con la COVID-19 parece que ya se conocen bien sus síntomas, no sólo en los casos más leves sino también en aquellos que han necesitado ingreso hospitalario e, incluso, ingreso en la unidad de cuidados intensivos (UCI). Sin embargo, esta patología también está causando una serie de secuelas en los pacientes. Muchas de ellas, sólo pueden apreciarse con el paso del tiempo y las revisiones posteriores a las que éstos se someten. Las principales secuelas que deja la COVID-19 son de carácter respiratorio, debido a la afectación pulmonar, y físicas, derivadas de las largas estancias en UCI.
"En los pacientes que han padecido la enfermedad de forma más leve las secuelas físicas están siendo prácticamente inexistentes, sin embargo, sí se han detectado posibles secuelas en algunos casos que revistieron mayor gravedad", explica el Dr. Gustavo de Luiz, jefe del servicio de neumología del Hospital Vithas Xanit Internacional, quien añade que "las principales secuelas a nivel respiratorio que se están encontrando, hasta el momento, en los pacientes que han estado ingresados por afectación pulmonar secundaria a infección por coronavirus, son alteraciones de la difusión y volúmenes pulmonares, siendo esto uno de los responsables de la falta de aire al realizar una actividad ligera (disnea de esfuerzo). Es muy importante para la mejoría respiratoria la realización de fisioterapia motora y respiratoria durante el ingreso, y posteriormente, de manera ambulatoria", matiza el especialista, quien añade que "la hiperactividad bronquial postinfecciosa es otra de las principales secuelas que estamos encontrando en la revisión de estos pacientes, precisando tratamiento para recuperar la capacidad respiratoria previa a la infección".
"Aunque es pronto para saber si los casos más graves van a quedar con secuelas más graves, como fibrosis o con problemas en las pruebas funcionales respiratorias, desde el servicio de medicina interna del hospital Vithas Málaga se confía en que la gran mayoría de los pacientes no tendrá secuelas respiratorias graves, aunque será la revisión de estos pacientes y el análisis de los datos posteriores lo que nos ayudará a dar respuesta a todas las preguntas que hoy se hacen los profesionales", explica la Dra. Sánchez Simonet, jefa del servicio de medicina interna de dicho hospital.
Además de las secuelas respiratorias, es importante tener en cuenta las secuelas físicas, que se producen principalmente en aquellos pacientes que han estado ingresados en UCI con la falta de movilidad que eso supone. "También cabe destacar que, a consecuencia del internamiento de estos pacientes en UCI, cuya estancia media ronda los 60 días, vamos a encontrar secuelas a nivel físico como atrofia muscular, rigidez articular, dolor muscular o alteraciones en la circulación (edemas, acumulación de líquido, trombos, etc.)", explica Antonio Bellido, fisioterapeuta de uno de los hospitales del grupo. "Esto hace necesario llevar a cabo un proceso de rehabilitación, donde cobra especial importancia la fisioterapia, que puede comenzar a nivel intrahospitalario (incluso en UCI) para ayudar a combatir la infección activa, y que debe continuar a nivel ambulatorio para tratar las secuelas y mejorar la calidad de vida de los pacientes después de su curación", añade el especialista.
Fisioterapia rehabilitadora para pacientes con coronavirus
Todas estas secuelas, especialmente las respiratorias y las físicas, hacen que el paciente que ha superado el proceso de hospitalización necesite normalmente rehabilitación, cobrando, en este sentido, un papel muy importante la fisioterapia. Con la fisioterapia se puede actuar, por ejemplo, evaluando las posibles alteraciones del patrón ventilatorio y de las regiones pulmonares con disminución de la ventilación mediante instrumental especializado. De esta forma, se exploran las alteraciones del movimiento, la postura y la procedencia del dolor muscular y articular que se producen debido al tiempo de encamamiento.
"Los especialistas en fisioterapia podemos ayudar a los pacientes que han sufrido coronavirus para, por ejemplo, optimizar la ventilación, tratando el diafragma (principal músculo de la respiración) mediante técnicas manuales e instrumentales (inspirómetro), así como realizando ejercicios para estimularlo y tonificarlo.", explica Antonio Bellido. "Es importante, además, educar al paciente con técnicas y estrategias para realizar durante su actividad diaria que le ayuden a mejorar su ventilación y oxigenación cuando tengan sensación de falta de aire y, además, que aprendan a aumentar la movilidad y la elasticidad de todos los elementos de la caja torácica (costillas, músculos accesorios de la respiración, vértebras torácicas) para ayudar a una ventilación fluida", añade el especialista.
Realizar técnicas de drenaje puede ser también necesario para expulsar secreciones residuales que puedan obstaculizar el paso libre de aire por todas las regiones del pulmón, así como prevenir futuras sobreinfecciones de ese moco que puedan generar nuevas neumonías. "Ayudar a la evacuación de edemas (acumulación de líquido) que se hayan generado por la estancia prolongada en cama mediante técnicas de drenaje linfático, activar la circulación mediante ejercicios musculares específicos y técnicas manuales o reactivar y tonificar la musculatura atrofiada también se hace necesario. Los dolores musculares y articulares que padezca el paciente debido al tiempo que ha estado en cama sin moverse, también deben tratarse mediante técnicas manuales e instrumentales", añade el fisioterapeuta.