Según ha afirmado Amparo Rodríguez, psicóloga de una residencia del Grupo Sociosanitario Igurco del País Vasco, en una conferencia sobre la estimulación de la memoria, "el 38% de los diagnósticos que se hacen de la enfermedad de Alzheimer en personas mayores con pérdidas de memoria son diagnósticos erróneos en los que se confunde esta patología con demencias mixtas, demencias vasculares o incluso demencias carenciales que son perfectamente tratables".
La experta ha destacado "que los cambios de memoria en las personas mayores no se producen debido a lo avanzado de su edad". De hecho, cuando el envejecimiento va acompañado de alguna enfermedad "sobre todo si es de tipo neurológico, se producen pérdidas de memoria que pueden llegar a ser preocupantes, pero este hecho también puede tener lugar en cualquier otra etapa de nuestra vida". El avance de la edad no implica que la persona vaya olvidando lo que ha ido aprendiendo a lo largo de su vida.
Cuando el envejecimiento va acompañado de alguna enfermedad "sobre todo si es de tipo neurológico, se producen pérdidas de memoria que pueden llegar a ser preocupantes, pero este hecho también puede tener lugar en cualquier otra etapa de nuestra vida", afirma la psicóloga. Los trastornos que puede experimentar la memoria pueden deberse tanto a razones psicológicas (estrés, depresión, ansiedad, etc.) como patológicas (ciertos trastornos circulatorios, alcoholismo y alzhéimer, por ejemplo).
Según explica la especialista, la pérdida de memoria comienza a manifestarse "por la dificultad de recordar datos relativamente poco importantes. Con el paso del tiempo, estos olvidos pasan a ser de mayor magnitud y afectan a la vida diaria, llegando incluso a producirse episodios de desorientación temporal, espacial y personal".
La pérdida de memoria, si es grande, afecta de manera directa e importante a diversas tareas de la vida cotidiana del paciente. Detectar de manera precoz esta pérdida puede ayudar a retrasar su avance y mejorar la calidad de vida del paciente. A través de ciertas técnicas o ejercicios prácticos (hacer crucigramas, puzles, ejercicios de cálculo, etc.) cualquier persona puede estimular su memoria.