Según datos presentados en Madrid por el traumatólogo austríaco Reinhard Graf ante un grupo de pediatras, radiólogos, traumatólogos y médicos rehabilitadores españoles, el cribado de Displasia del Desarrollo de Cadera (DDC) mediante ecografía en recién nacidos podría evitar, al menos, la implantación de una de cada diez endoprótesis de cadera en jóvenes.
Estudios publicados en Austria confirman que alrededor del 9 % de de las implantaciones de este tipo de prótesis en personas jóvenes se debió a una alteración del desarrollo de la cadera no diagnosticada en la infancia, algo que en opinión de la Dra. Inés Osiniri, coordinadora de Ecografía Clínica Pediátrica de la Sociedad Española de Pediatría Extrahospitalaria y Atención Primaria (SEPEAP), podría evitarse aplicando de manera universal el cribado con ecografía desarrollado por el Dr. Graf.
El Dr. Graf desarrolló a principios de los años 80 un sistema de cribado de la DDC que en la actualidad se aplica de manera universal, es decir, a todos los recién nacidos, en países como Alemania, Austria (1992) y Suiza, en los que los estudios demuestran un descenso del número de prótesis, del número de intervenciones quirúrgicas debidas a DDC, e incluso una reducción de los costes de atención sanitaria.
Para la Dra. Osiniri, "el reconocimiento de una alteración en el proceso de maduración de la cadera inmediatamente después del nacimiento permite una curación prácticamente completa si se instaura el tratamiento adecuado de forma precoz; si se realiza de forma tardía, suele precisar tratamiento quirúrgico, más complicaciones y, por tanto, peor resultado funcional".
En España, sin embargo, no se aplica este sistema de cribado y únicamente se realiza a los recién nacidos una exploración clínica convencional sin utilizar la ecografía. Solo se realiza exploración con ecografía cuando existen factores de riesgo o situaciones especiales de tipo hereditario, posición de podálicas al nacer ("nacer de pie"), o el recién nacido presenta malformaciones.
Tal como explica la Dra. Osiniri, "este tipo de examen exclusivamente clínico es subjetivo e insuficiente porque no detecta todos los casos de displasia de cadera y, por sí solo, no puede considerarse suficientemente válido para documentar o descartar una alteración en la maduración de la cadera". La Dra. Osiniri recuerda, además, que la ausencia de factores de riesgo en el recién nacido no es suficiente para descartar la displasia, ya que "de los niños a los que se les ha detectado Displasia Evolutiva de la Cadera, solo entre el 10 y el 20 % tenían factores de riesgo".
Esta pediatra alerta, además, que la radiografía no es una alternativa adecuada para suplir el uso de la ecografía, ya que expone al recién nacido a radiaciones ionizantes y no asegura el diagnóstico precoz de la DDC.
La displasia de cadera y las consecuencias de su diagnóstico tardío
La displasia del desarrollo de la cadera (DDC), anteriormente denominada luxación congénita de cadera, es la alteración congénita más frecuente del aparato locomotor. Según estudios llevados a cabo en España, tiene una prevalencia de un 3,94 % y sus consecuencias en jóvenes y adultos pueden ser importantes.
Además, según los datos de un informe presentados durante la jornada, que contó con la colaboración de GE Healthcare, el diagnostico tardío de la displasia de cadera es la segunda causa de las implantaciones de prótesis de cadera en mujeres en Italia después de la artritis reumatoide.
Tal como explica la Dra. Osiniri "la cadera displásica que no se diagnostica a tiempo, no se trata, o recibe un tratamiento inadecuado trae como consecuencias, a edades tempranas, importantes problemas, como cojera, dismetría, dolor, frecuentes intervenciones, invalidez, necrosis de la cabeza femoral y, finalmente, colocación de prótesis".