Con motivo de la celebración, el 30 de septiembre, del Día Internacional de las Personas Sordas, desde IMQ Prevención, servicio de prevención de riesgos laborales líder en Euskadi, se ha puesto en marcha una campaña de comunicación destinada a las empresas para concienciar sobre la importancia de la prevención y el cuidado de los oídos, recordando que existen evaluaciones específicas para analizar el ruido al que se está expuestos en el entorno laboral y, así, evitar la pérdida de capacidad auditiva.
Tal y como se advierte en la campaña, el ruido puede provocar distintas enfermedades. Según apunta Juan Mayor, director Médico de IMQ Prevención, "la exposición prolongada a ruidos intensos puede, por ejemplo, desembocar en una pérdida progresiva de audición, hipoacusias (incapacidad total o parcial para escuchar sonidos en uno o ambos oídos) o pérdidas precoces de audición".
Por su parte, la exposición breve a ruidos de impacto fuertes puede provocar lesiones auditivas graves, como la rotura del tímpano. "Este tipo de lesiones pude darse cuando se manipulan, por ejemplo, pistolas de clavos, martillos neumáticos, taladros, armas de fuego, etcétera".
Asimismo, desde IMQ Prevención llaman la atención sobre otros efectos menos conocidos de la exposición del trabajador o trabajadora al ruido, como el aumento del estrés y problemas nerviosos. "Estos efectos, además de dificultar la comunicación y reducir la calidad de vida del trabajador, pueden incluso aumentar la probabilidad de errores en el desempeño de la tarea y, con ello, la posibilidad de sufrir accidentes laborales", destaca Juan Mayor.
Recomendaciones
Ante estos riesgos laborales, desde IMQ Prevención se aboga por implementar distintas medidas: "entre otros aspectos, es recomendable reducir el tiempo de exposición del trabajador al ruido, rotar los puestos de trabajo, realizar controles audiométricos periódicos, concienciar frente al ruido a toda la plantilla y utilizar equipos de protección individual".
Los protectores auditivos, debido a sus propiedades para la atenuación del sonido, reducen los efectos del ruido en la audición, evitando daños en el oído. "Deben usarse durante todo el tiempo que dure la exposición al ruido. Además, existen diferentes tipos: orejeras, tapones, cascos antirruido y orejeras acopladas al casco, lo que permite su adaptación en cada caso".
Antes de llegar a los 85 decibelios
El experto de IMQ Prevención recuerda también que "a partir de 85 decibelios es obligatorio el uso de protectores auditivos. No obstante, se recomienda su uso antes de esta franja, especialmente cuando el ruido se mantiene en el tiempo. Es una medida preventiva que cuesta muy poco y puede proteger mucho".
Teniendo en cuenta que en la mayoría de las situaciones el ruido aparece como un efecto no deseado y que conlleva unos daños a la salud de las personas, "debemos considerar el ruido como un factor de contaminación ambiental tan preocupante como cualquier otro. En el ambiente laboral el ruido puede suponer un problema de carácter permanente para el oído, ya que su exceso provoca daños irreversibles, sobre todo si persiste en el tiempo".