¿Sabías que el ojo seco, antes de la aparición de ordenadores, tablets y teléfonos móviles, era una patología que solo afectaba a personas mayores y que, hoy día, sin embargo, ya existen casos de ojo seco en niños de corta edad? El uso de estos dispositivos provoca que parpadeemos menos veces de las necesarias para lubricar la córnea, lo que provoca que el ojo quede más expuesto y se reseque con mayor facilidad. Además de utilizar de forma más responsable estos dispositivos electrónicos, el aumento en el consumo de omega 3 y omega 6 y la reducción en el uso de la calefacción y de las lentes de contacto también puede ayudarnos y mucho a prevenir esta problemática, asociada a síntomas como irritación, dificultad para abrir los ojos o hipersensibilidad a la luz.
Uno de los colectivos más afectados por el ojo seco son los pacientes con cáncer, ya que los tratamientos oncológicos (quimioterapia, radioterapia, inmunoterapia…) provocan efectos secundarios como el ojo seco en la mayoría de las ocasiones. Por eso, es muy importante que estos pacientes se hagan revisiones oftalmológicas antes de empezar con el tratamiento y también durante el mismo, con el objetivo de que este problema evitable no se convierta en un efecto secundario añadido a los efectos secundarios que ya tiene que soportar un paciente oncológico.
Para hablar sobre las características y lo que implica el ojo seco, sobre todo en los pacientes oncológicos, y sobre la importancia de prevenirlo, te ofrecemos la posibilidad de hablar con la doctora Nelsi Belkis Angomás, responsable del Servicio de Oftalmología de MD Anderson Cancer Center Madrid.