Expertos demandan un esfuerzo colectivo para incorporar innovaciones en el diagnóstico y tratamiento del cáncer de páncreas

El cáncer de páncreas presenta una alta mortalidad a cinco años, que alcanza hasta el 93-95% de los casos diagnosticados.
Con este nuevo fármaco, nal-IRI, se consigue retrasar la progresión del tumor, manteniendo también al paciente con una mejor calidad de vida durante más tiempo.

 

El cáncer de páncreas es uno de los tumores que, a pesar de no presentar una alta incidencia en la actualidad (6.700 casos por año), sí cuenta con altos índices de mortalidad, debido principalmente a la agresividad que presenta, que su diagnóstico se hace en etapas avanzadas de la enfermedad, su resistencia a los tratamientos actuales y a la falta de tratamientos activos y de programas de cribado poblacional para poder detectarlo en las fases precoces de la enfermedad. De hecho, es la tercera causa de muerte por cáncer, por delante del cáncer de mama, cuatro veces más frecuente.

En los próximos años se prevé que la mortalidad por cáncer de páncreas gane un mayor protagonismo dentro de las muertes por cáncer, debido a un aumento de la incidencia y mortalidad de este tumor y a una mejoría en la supervivencia de los pacientes afectados por otros tipos de cáncer.

Con el objetivo de establecer un debate constructivo en este sentido donde se tienen en cuenta las últimas novedades, se celebra el XIV Abordaje Multidisciplinar del Cáncer, con el que colabora la biotecnológica Shire, que incorpora las nuevas estrategias diagnóstico-terapéuticas y fármacos contra el cáncer, desde la perspectiva de los especialistas involucrados en ello y con una participación activa de los mismos.

El cáncer de páncreas tiene una biología más agresiva y resistente que otros tipos de cáncer, que condiciona una mortalidad a 5 años del 93-95% de los casos diagnosticados. "Suele presentarse en estadios avanzados y, del 20% que se puede operar con intención curativa, recaerán dos tercios", señala el doctor Alfredo Carrato,  jefe del Servicio de Oncología Médica del Hospital Ramón y Cajal de Madrid.

Debido a la gravedad de esta enfermedad, los expertos destacan la necesidad de que la sociedad tome conciencia del grave problema, se incrementen notablemente los fondos destinados a investigación de esta enfermedad, y que todos los especialistas e investigadores relacionados con el cáncer de páncreas trabajen en red de forma multidisciplinar, con el apoyo organizativo e institucional de las Consejerías de Sanidad y de los Ministerios de Sanidad y de Economía, Industria y Competitividad para ganarle terreno a la enfermedad y seguir mejorando la supervivencia de los pacientes.

Innovaciones en cáncer de páncreas

Entre las innovaciones destacadas en los últimos años en este campo, además de las opciones terapéuticas existentes en primera línea, ha surgido un nuevo fármaco, el irinotecán liposomal (nal-IRI), como tratamiento de elección en segunda línea. Nal-IRI son moléculas de irinotecan recubiertas por una membrana lipídica. Gracias a la cual puede llegar de forma más eficaz a las células tumorales. Nal-IRI en combianción con 5-fluorouracilo ha demostrado incrementar significativamente la eficacia en los pacientes afectados de cáncer de páncreas tras progresar a un régimen basado en gemcitabina. "Por el hecho de tener dicha estructura queda protegido en la circulación y puede llegar a las células tumorales en mayores concentraciones que el irinotecan convencional, pues tiene diferentes propiedades farmacocinéticas y farmacodinámicas", asevera la doctora Teresa Macarulla, del Hospital Universitari Vall d'Hebron de Barcelona.

Gracias a ello, se consigue retrasar la progresión del tumor, manteniendo también al paciente con una mejor calidad de vida durante más tiempo. "Con cada uno de los tratamientos que podemos aplicar aportamos un beneficio en la supervivencia del paciente", recalca la doctora Macarulla.

"La nanotecnología ha permitido que fármacos que no habían demostrado actividad en el tratamiento del cáncer de páncreas, sí lo hicieran con las nuevas formulaciones, mientras que la inmunoterapia a día de hoy no ha conseguido demostrar eficacia terapéutica en este tumor, excepto en el bajo porcentaje de pacientes con tumores MSI. Ello se debe al ambiente inmunosupresor del cáncer de páncreas, el cual dificulta que la inmunoterapia pueda actuar contra este tumor", añade la doctora Teresa Macarulla.

Por su parte, la biopsia líquida ofrece una imagen en tiempo real de las alteraciones genéticas del tumor que ayuda a los profesionales médicos a pautar un tratamiento a la medida. "Es necesario avanzar en este sentido ya que también puede ser útil para descubrir cómo el tumor neutraliza a nuestro sistema inmune y cómo desbloquearlo. Disponemos de una cuarta estrategia en nuestro arsenal terapéutico, que debemos aprender a utilizar en el cáncer de páncreas, además de los tratamientos quirúrgicos, la oncología médica y la oncología radioterápica", incide el doctor Alfredo Carrato.

Prevención, pieza clave contra el cáncer

El cáncer es la primera causa de muerte en nuestra sociedad, por lo que la prevención en este caso resulta de vital importancia para todos los pacientes. Concienciar a la población para que adquiera hábitos saludables de vida (no fumar, evitar el sobrepeso y hacer ejercicio físico) y acudir a los programas establecidos de detección precoz es cada vez más rentable para la salud de los pacientes. "Con una inversión adecuada en investigación del cáncer de páncreas, conoceremos mejor la biología del tumor y su talón de Aquiles. Será de gran ayuda para mejorar el pronóstico de esta enfermedad en el contexto de un equipo multidisciplinar", incide el doctor Alfredo Carrato.

El diagnóstico precoz de la enfermedad ayudaría a incrementar la tasa de curaciones, empleando un programa de cribado en la población de alto riesgo, que todavía no está identificada, salvo en el cáncer familiar. "En el Hospital Universitario Ramón Cajal contamos con un registro de cáncer de páncreas familiar donde los familiares sanos de primer grado, que tienen más riesgo que la población general, son revisados anualmente con pruebas de imagen y análisis de sangre. Gracias a ello hemos diagnosticado tres casos de cáncer de páncreas en personas asintomáticas que, tras realizarles la correspondiente cirugía, permanecen vivas y sanas", concluye el experto.

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