Farmacéuticos de Atención Primaria alertan sobre la "Banalización" de los medicamentos en los juguetes infantiles

Los juguetes pueden promocionar y fomentar de manera indirecta la utilización de fármacos, ya que inducen a los niños a ver como algo normal el consumo de medicamentos
Los medicamentos no son inocuos: pueden producir reacciones adversas y efectos indeseados, están contraindicados en algunas personas y situaciones, e interaccionan con otros medicamentos y alimentos

Ante el incremento de muñecas y muñecos en los catálogos de Navidad que incluyen en sus packs, además de instrumental médico, réplicas de juguete de jarabes, pastillas e incluso inhaladores, la Sociedad Española de Farmacéuticos de Atención Primaria (SEFAP) quiere alertar sobre "la banalización" de los medicamentos en la sociedad y "la creciente falta de conciencia sobre el riesgo los mismos".

"Cada vez es más habitual encontrarse con promociones directas de influencers que, sin ser profesionales sanitarios, recomiendan a través de sus redes sociales, por ejemplo, medicamentos para la psoriasis, toallitas para el acné o antibióticos tópicos para infecciones por piercings. En el caso de los juguetes, estamos ante una promoción y un fomento indirecto de la utilización de fármacos, ya que esta situación, de algún modo, puede llegar a inducir a los niños a ver como algo normal el consumo de medicamentos al considerar el juguete como propio reflejo de la realidad e influir en posteriores conductas de automedicación", sostiene Aránzazu Aránguez Ruiz, miembro de SEFAP y Farmacéutica de la Gerencia del Área de Salud de Mérida.

En ese sentido, la experta recuerda que los medicamentos no son sustancias inocuas, sino que se trata de compuestos químicos que, además de modificar estados fisiológicos o prevenir, aliviar y  mejorar el estado de salud de las personas enfermas, "pueden producir reacciones adversas y efectos indeseados, están contraindicados en algunas personas y situaciones, e interaccionan con otros medicamentos y alimentos, modificándose el efecto farmacoterapéutico esperado". Por ello desde SEFAP recomiendan "un uso responsable de los mismos", teniendo siempre como especialista en medicamentos a los farmacéuticos "para resolver cualquier consulta en referencia a ellos".

Los peligros de la automedicación

Se entiende la automedicación como la decisión propia del paciente en el consumo de medicamentos sin la intervención (en el diagnóstico, la prescripción y la supervisión) de los profesionales de la salud. "Hablamos por desgracia de un hábito común en nuestra sociedad, por lo que este tipo de publicidad y de juguetes no hacen más que fomentarla", lamenta Aránguez Ruiz, para quien una automedicación de medicamentos que no necesitan receta y de forma responsable puede aumentar el autocuidado y ser en ocasiones útil "en caso de síntomas menores, en procesos puntuales y durante un tiempo limitado".

Sin embargo, recuerda la experta que se trata de un hábito "no exento de riesgos" como la "aparición de interacciones, el abuso de dosis con la consiguiente toxicidad farmacológica (más de 3 gramos, por ejemplo, en el caso de paracetamol), la falta de efectividad, las reacciones adversas, el enmascaramiento de procesos más graves, o el uso para indicaciones ajenas a las estipuladas, como sucede a menudo con el uso del omeprazol para una simple acidez de estómago".

Por otro lado, añade la miembro de SEFAP, hay que tener en cuenta la particularidad de cada paciente y considerar que no tenga enfermedad crónica o que no se encuentre en tratamiento con otros medicamentos, pues en estos casos la automedicación sin control médico o farmacéutico "puede conllevar riesgo de interacciones farmacológicas y contraindicaciones serias".

Al respecto, Aránguez Ruiz recomienda evitar la automedicación "en la población más susceptible como embarazadas, ancianos y niños, ya que por su fisiología van a tener modificado el metabolismo de los medicamentos"; y, sobre todo en el caso de medicamentos que necesitan receta como las benzodiazepinas o los antibióticos, "ya que se corre el riesgo de adicción o resistencias a los antibióticos".

Los farmacéuticos de atención primaria hacen especial hincapié en ese aspecto con los inhaladores, que empiezan a aparecer como "complementos médicos" recurrentes de muñecos y muñecas. "Los inhaladores son muy utilizados por la población en todo tipo de edades por lo que su presencia en los hogares está muy extendida. Hay que tener en cuenta que los broncodilatadores como el salbutamol, por ejemplo, pueden producir taquicardia, palpitaciones, agitación, temblores, dolor de cabeza, irritación nasal o de garganta o dolores musculares; y los corticoides inhalados, candidiasis, disfonía, tos irritativa, etc.", enumeran.

Desde SEFAP, por último, se anima a "ser consecuentes" con los mensajes emitidos en relación a los medicamentos, ya que el fomento de su uso inadecuado puede poner en riesgo la salud. "No juegues con los medicamentos", enfatizan en forma de eslogan desde la sociedad. En ese sentido, y sin perder de vista la utilidad y los beneficios de los fármacos cuando se usan de forma adecuada y responsable, la farmacéutica de atención primara considera "necesario" fomentar desde edades tempranas "una cultura de la prevención" a través del estilo de vida saludable para reducir el riesgo e impacto de las enfermedades crónicas.

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