Hay "frenos" para incrementar el periodo vital y evitar los deterioros del envejecimiento

Al ingresar en la RADE como académico correspondiente, el doctor Agis afirmó que la reprogramación celular podría dar marcha atrás a los relojes biológicos
"En la historia oscura de la humanidad, es recurrente la fe en el poder curativo de la sangre joven", apuntó el nuevo académico
Curiosa aproximación, según Agis: el Génesis especifica una duración de ciento veinte años para la vida del hombre, mientras que Dong y sus colaboradores la estimaron en ciento veinticinco, en Nature, en 2016
Los desajustes de los ritmos biológicos ocasionan fatiga, somnolencia, obesidad, daño oxidativo, o patologías: cáncer, síndrome metabólico, trastornos del sueño, enfermedades cardiovasculares, alteraciones del humor, depresión, déficit cognitivo, envejecimiento o neurodegeneración
Una correcta nutrición parece necesaria para evitar la aparición temprana de las marcas del envejecimiento, subrayó Agis

No hay respuesta positiva a la pregunta de si se puede dar marcha atrás a los relojes biológicos. Sin embargo, parece que hay "frenos" para incrementar el periodo vital y evitar los deterioros que acompañan al envejecimiento y, en un futuro próximo, la reprogramación celular podría ofrecer una respuesta afirmativa, aseguró el doctor Ángel Agis Torres al tomar posesión de su plaza de académico correspondiente de la Sección de Farmacia, de la Real Academia de Doctores de España (RADE), en un acto presidido por el titular de la corporación, Jesús Álvarez Fernández-Represa.

En su discurso, Los relojes de la vida ¿tienen marcha atrás?, el nuevo académico de la RADE destacó que, en la historia oscura de la humanidad, es recurrente la fe en el poder curativo de la sangre joven. Es inquietante saber que, en 1864, Bert publicó un artículo acerca del rejuvenecimiento en roedores mediante aplicación de la parabiosis heterocrónica, que consiste en poner en comunicación los sistemas circulatorios de un animal joven y el de otro anciano, para que este último recupere sus funcionalidades juveniles. Tales experimentos tuvieron auge entre 1960 y 1970, y siguen haciéndose en la actualidad, aunque en menor medida.

Entre cuantiosos detalles científicos aportados para describir factores, causas y procesos, Agis llamó la atención sobre la sorprendente aproximación entre la duración que el Génesis especifica para el periodo vital del hombre: ciento veinte años, y los ciento veinticinco estimados por Dong y sus colaboradores, publicada en Nature, en 2016.

Patologías por desajuste del reloj biológico

La vida discurre entre periodos o intervalos, en los que se desarrollan las actividades del organismo, manifestó Agis. El periodo más evidente es el diario, circadiano, en el que ocurren procesos tan conocidos como el ciclo vigilia-sueño. Hay también periodos superiores al día, infradianos, que pueden ser mensuales, como el ciclo ovárico, y estacionales, los ciclos reproductivos; así como periodos inferiores al día, ultradianos, la secreción de hormonas, que duran minutos u horas, y otros mucho más rápidos: base de tiempos o metrónomos fisiológicos, que son neuronales.

Cuando el reloj biológico se desajusta se producen alteraciones y patologías. Los ritmos se alteran porque se modifican las entradas sincronizadoras debido a la pérdida del contraste entre día y noche, consecuencia de una vida con poca luz durante el día, noches excesivamente iluminadas, o desplazamiento de la señal de sincronía al viajar por diferentes husos horarios. La ruptura de la sincronía puede tener su causa en la falta de coherencia entre actividades y el ciclo luz-oscuridad, por ejemplo, en las horas de las comidas, el ejercicio, la hora de acostarse o las relaciones sociales, que ocasionan alteraciones fisiológicas: fatiga, somnolencia, obesidad, daño oxidativo, o patologías: cáncer, síndrome metabólico, trastornos del sueño, enfermedades cardiovasculares, alteraciones del humor, depresión, déficit cognitivo, envejecimiento o neurodegeneración.

El envejecimiento, señaló Agis, se podría definir como "un proceso biológico multifactorial que se manifiesta por un declive de las funciones fisiológicas a lo largo del tiempo y que, finalmente, lleva a la muerte". Las marcas del envejecimiento se observan sobre los genes, por el acortamiento de los telómeros, las estructuras dinámicas situadas en los extremos de los cromosomas que controlan el número de divisiones de la célula. Los telómeros se acortan con cada mitosis (proceso de reproducción de nuevas células) y, cuando llegan a un límite, la célula no puede dividirse más y entra en estado de senescencia replicativa, para posteriormente morir.

Un tratamiento "secreto"

"Se dispone de herramientas que, presumiblemente, pueden modificar el ritmo diario actuando sobre los nodos cruciales, consiguiendo repercusiones sobre el periodo vital". Hay sustancias alimenticias con efectos positivos sobre el epigenoma (compuestos químicos que modifican o marcan el genoma y le indican qué hacer, dónde y cuándo), y sobre la microbiota (nuestra población intestinal de microbios) que, a su vez, puede producir sustancias con capacidad reguladora epigenética. Una correcta nutrición parece necesaria para evitar la aparición temprana de las marcas del envejecimiento, subrayó.

Por otra parte, "la reprogramación celular está consiguiendo hitos nunca sospechados hasta ahora, mediante la obtención de células en estados previos de desarrollo, que podrían utilizarse para regenerar funciones del organismo". También la parabiosis puede ofrecer respuestas al envejecimiento, y una alimentación con contenido energético reducido ha probado consistentemente su eficacia en prolongar la vida de algunos animales, "sin embargo no está claro el efecto en humanos". El ejercicio físico moderado demuestra sus beneficios en todo momento, y, finalmente, la melatonina parece ofrecer esperanzas en diversos aspectos de la salud y del periodo vital

Agis presentó la fórmula de un tratamiento que calificó de "secreto", integrado por los siguientes elementos: una planta muy poco conocida, Teucrium marum, o tomillo de gato, con propiedades anticatarrales, afrodisíacas, antimigrañosas, antioxidantes, antineurodegenerativas y anticancerosas; sustancias activadoras de sirtuínas, como el resveratrol o la quercetina; te verde, que además de mejorar la capacidad cognitiva es antioxidante y anticanceroso; brécol, que contiene sulforafanos y  quercetina, con propiedades anticancerosas e hipocolesterolemiantes, y cúrcuma, que Incrementa las sirtuínas antioxidantes. Con un consejo final: tomar estos elementos botánicos por la mañana y, por la noche, antes de dormir, melatonina, que es antioxidante, inmunoestimulante, sincronizante, anticancerosa, normalizadora  metabólica, hipotensora y moduladora de sirtuínas.

Maestría y experiencia docente

Profesor contratado del área de Fisiología, de la Facultad de Farmacia de la Universidad Complutense, y acreditado para profesor titular de universidad en el área de Ciencias de la Salud, Agis cultiva una disciplina inédita en la Sección de Farmacia de la RADE, la fisiología animal, una de las razones esenciales por las que ha sido elegido académico correspondiente, explicó Antonio Doadrio Villarejo, Presidente de dicha sección, al presentar al recipiendario.

Agis es revisor de revistas científicas internacionales y evaluador de proyectos de investigación de la Agencia Italiana del Fármaco. Ha dirigido diversos trabajos de investigación, así como proyectos de innovación educativa. Miembro de distintas sociedades científicas, está en posesión de la Medalla de Químico-Farmacéutico Honorario de la Universidad de Trujillo (Perú), de la que es colaborador docente.

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