El sol es imprescindible para la vida y posee efectos beneficiosos sobre el organismo, pero también produce otros efectos perjudiciales. Por ello, los expertos recomiendan ser prudentes y exponerse al sol con moderación.
Entre las principales consecuencias de la exposición excesiva a la radiación ultravioleta figuran el cáncer de piel, las lesiones oculares y el envejecimiento prematuro de la piel. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), se estima que se producen anualmente en el mundo 132.000 casos de melanoma maligno y mueren cerca de 66.000 personas por este y otros tipos de cáncer de piel.
Según informan los expertos del Departamento de Salud de Torrevieja, ciertos lunares pueden malignizarse, es decir, evolucionar hacia un tumor denominado melanoma maligno. Los lunares pigmentados que corren en mayor medida este riesgo de transformación son aquellos que aparecen en el nacimiento.
El exceso de exposición solar aumenta estos riesgos de transformación de los lunares en cáncer. En este sentido, el Dr. Jesús Navas Ramírez, jefe del Servicio de Dermatología del Hospital de Torrevieja (Alicante), recomienda "observar nuestro cuerpo de manera periódica para poder apreciar posibles cambios en el tamaño, bordes y superficie de los lunares; así, el sentido común ha de primar y, ante un lunar que sangra, aumenta de tamaño o cambia de color es importante acudir al médico de Atención Primaria para un diagnóstico inicial que pueda requerir el abordaje terapéutico de un especialista".