La mortalidad por Enfermedad Renal Crónica (ERC) ha crecido casi un 30% en la última década en España, donde unos 7 millones de personas padecen esta enfermedad. De seguir su ritmo actual de crecimiento se convertirá en la segunda causa de muerte en nuestro país en pocos años. Concretamente, la mortalidad por ERC en España ha crecido un 28,8% entre 2006 y 2016, según el estudio Global Burden of Disease y un análisis recientemente publicado en la revista Nefrología (http://www.revistanefrologia.com/es-pdf-S0211699518301590), que la S.E.N. ha dado a conocer con motivo del Día Mundial del Riñón, que se celebra el próximo 14 de marzo bajo el lema "Salud renal para cualquier persona en cualquier lugar". Este día centra la campaña informativa que numerosas sociedades y entidades científicas y sanitarias desarrollan a nivel internacional para poner de manifiesto la situación de las enfermedades renales y su crecimiento en los últimos años, entre ellas la S.E.N. y la Federación Nacional de Asociaciones ALCER, que coordinan estas actividades en España.
A nivel global, se estima que unos 850 millones de personas en todo el mundo tienen enfermedad renal y que causa al menos 2,4 millones de muertes al año, constituyendo una de las causas de mortalidad de más rápido crecimiento en la actualidad. Según los últimos estudios, más del 10% de la población adulta tiene enfermedad renal. Asimismo, la insuficiencia o lesión renal aguda, principal causante de la ERC, afecta a más de 13 millones de personas en todo el mundo y se estima que unos 1,7 millones de personas mueren anualmente debido a esta lesión.
De los 7 millones de personas que padecen Enfermedad Renal Crónica, unas 60.000 están en Tratamiento Renal Sustitutivo (TRS), es decir, requieren de tratamiento de hemodiálisis, diálisis peritoneal o trasplante para sustituir la función de sus riñones.
La prevalencia de la ERC en TRS ha crecido casi un 30% en la última década en España. Concretamente, la prevalencia de esta enfermedad pasó de 994 pacientes por millón de población (pmp), en 2008 a 1284 en 2017 (un 29,1% más) según el último Registro actualizado de la Sociedad Española de Nefrología (S.E.N.) y la Organización Nacional de Trasplantes (ONT).
La Enfermedad Renal Crónica en TRS es una enfermedad con un impacto mayor en hombres que en mujeres, y que además viene experimentando un notable aumento de la incidencia (nuevos casos) en la última década, hasta situarse en 141 pmp en el año 2017 (un 10% más que en 2008, cuando era de 128 pmp). Este incremento de la incidencia de la ERC "está relacionado con causas como el envejecimiento de la población, pero también con otros importantes factores de riesgo como son la diabetes -responsable de más del 24% de los nuevos casos de ERC-, las enfermedades cardiovasculares, la obesidad, la hipertensión arterial o el tabaquismo", señala la presidenta de la Sociedad Española de Nefrología (S.E.N.), María Dolores del Pino, quien añade que "la Enfermedad Renal Cónica sigue siendo una gran desconocida para la sociedad en general, a pesar de que es una de las patologías que mayor impacto tiene en la calidad de vida de las personas afectadas, de sus familiares y en el propio sistema sanitario".
Por su parte, el presidente de ALCER, Daniel Gallego indica: está convencido, que "se necesita redefinir e intensificar los actuales planes de prevención, con campañas efectivas de visibilización y sensibilización orientados hacia la población general, para que la sociedad pueda ser consciente de la gravedad de la situación, evitando llegar a necesitar tratamientos sustitutivos renales. Para ello, se requiere un abordaje amplio e interdisciplinar de todos los agentes implicados, que ponga de relieve la voluntad de las instituciones sanitarias, de atajar este serio problema multifactorial de salud universal, que supone actualmente la enfermedad renal".
De hecho, es una enfermedad que cuenta con un infradiagnóstico del 40% y que en muchos casos se detecta en sus fases más avanzadas. Además, el 25% de los afectados desconoce su situación en las fases iniciales, lo que complica aún más su abordaje y tratamiento en los estadios más avanzados. De ahí que los nefrólogos le hayan denominado como la epidemia silenciosa del siglo XXI y que, junto a los pacientes renales, aprovechen el Día Mundial del Riñón para hacer un llamamiento a la sociedad sobre la importancia de la prevención y el diagnóstico precoz de esta patología.
"Son datos que llaman a la preocupación y a la responsabilidad de todos para avanzar en la concienciación de la sociedad y en la lucha por frenar el avance de la Enfermedad Renal Crónica. Sobre todo, porque sus principales factores de riesgo son la diabetes, la enfermedad cardiovascular, la hipertensión, el sedentarismo y la obesidad, el colesterol o el tabaquismo, modificables en su mayor parte con la adopción de hábitos de vida saludables", afirma María Dolores del Pino.
En esta línea, la presidenta de la S.E.N. ha hecho hincapié en la necesidad de un mayor esfuerzo por intensificar las estrategias de prevención y detección precoz de esta patología, potenciándolo en los servicios de Atención Primaria y en otros ámbitos, lo que permitiría detectarla antes, en sus primeras fases, reduciendo el daño renal y aumentando así las posibilidades de tratamiento y supervivencia.
"Además, los problemas renales suponen un gran sufrimiento para la vida de las personas diagnosticadas, no solo a nivel físico, también causan grandes dificultades a nivel social y emocional, impidiendo la plena integración social, laboral y psicológica de los afectados, afligiendo directamente también a su entorno y familiares cercanos" ha declarado Daniel Gallego, presidente de la Federación Nacional de Personas con Enfermedades Renales (ALCER).