Representantes de un grupo de expertos de 22 países y 34 instituciones han reclamado hoy en Sevilla, con motivo de la presentación de la primera estrategia europea sobre envejecimiento saludable, ADVANTAGE JA, que a todos los mayores de 70 años (edad a partir de la cual existe mayor riesgo de sufrir fragilidad) se les realice un diagnóstico precoz de fragilidad, la principal causa de dependencia. Los expertos advierten que la fragilidad es una de las mayores amenazas para el gasto sanitario pues los pacientes frágiles, aunque representan el 10% de todas las personas mayores, gastan el 40% del total de los recursos. Según un estudio reciente, el coste durante tres meses de tratar a un paciente mayor sin fragilidad es de 642 euros, mientras que el gasto se quintuplica al tratar la fragilidad ya avanzada, con la presencia de 4 o 5 síntomas, ascendiendo hasta los 3.659 euros.
Esta iniciativa, liderada por España, y en la que ha participado el Ministerio de Sanidad y diversas comunidades autónomas, ha presentado las conclusiones de tres años de trabajo, coincidiendo con el Día Internacional de las Personas Mayores.
Los expertos que forman parte de este consenso advierten que, con una población cada vez más envejecida, el coste de no diagnosticar y frenar la fragilidad será inasumible para los sistemas sanitarios. En particular, España puede convertirse en el país más envejecido del mundo para 2050, con un 40% de población por encima de los 60 años, por lo que recomiendan actuaciones públicas para un envejecimiento saludable.
Una de las principales medidas que solicita ADVANTAGE JA es el diagnóstico de fragilidad a todos los mayores de 70 años, mediante pruebas basadas en evidencia científica, seguidas de una valoración multidimensional o Valoración Geriátrica Integral (VGI), evaluación que "sólo es realizada en algunos centros sanitarios españoles, a pesar de que debería efectuarse en todos los lugares donde son atendidas personas mayores, desde hospitales hasta centros de salud y residencias", explica la doctora Cristina Alonso, coordinadora adjunta de ADVANTAGE JA.
Uno de cada diez mayores presenta síntomas de la fragilidad, como falta de energía, pérdida de peso, lentitud y limitaciones de movimiento, pero la mayoría desconoce su riesgo de dependencia. Sin embargo, los expertos alertan en el documento que tampoco los profesionales sanitarios suelen actuar ante estos síntomas "ya que existe falta de formación en este ámbito y se tratan, con frecuencia, como signos asociados al envejecimiento", comenta la doctora Alonso. El resultado del infradiagnóstico es una limitación de la autonomía personal y una mayor morbimortalidad.
La fragilidad se puede revertir
La buena noticia es que la fragilidad, si se diagnostica, puede ser frenada o incluso revertida. Para eso, "es importante indicar un tratamiento individualizado que tenga en cuenta el manejo de los eventos agudos y las enfermedades crónicas centrados en la capacidad funcional, así como la prescripción de ejercicio físico y una nutrición adecuada". En el caso de los pacientes polimedicados es necesario, además, "un especial control para intentar evitar los efectos secundarios y las interacciones", añade la doctora Alonso.
Seasegura en sus conclusiones que "las personas mayores tienen derecho a una atención de calidad, especializada y adaptada a sus necesidades", y aconsejan seguir un estilo de vida saludable, basado en la dieta mediterránea, abundante actividad física y la evitación del alcohol y el tabaco.
Por último, reclaman más recursos financieros, tanto públicos como privados, en investigación sobre las causas de la fragilidad, su detección y diagnóstico, "acordes con la prioridad de salud que supone".
Al encuentro han asistido responsables políticos locales, autonómicos y nacionales, profesionales sanitarios, sociedades científicas, organismos e instituciones con actividades y programas dirigidos a personas mayores, así como fundaciones y asociaciones de mayores y grupos de investigación en envejecimiento.