La psicología, como ciencia que estudia los procesos mentales, las sensaciones, las percepciones y el comportamiento del ser humano ha demostrado ser de cuantiosa importancia en muchos campos, y el sector de la reproducción asistida no es una excepción.
Desde hace años, algunas clínicas de fertilidad y reproducción asistida apuestan por esta figura como apoyo a aquellos pacientes que van a someterse a cualquiera de sus tratamientos y que requieren algún tipo de soporte de carácter emocional durante dichos procesos.
El psicólogo da apoyo en este caso, a mujeres o parejas que hayan visto afectada su relación tras la presión de cualquier tratamiento, resuelve dudas que puedan surgir durante los ciclos y que puedan afectar emocionalmente a los pacientes, y ayuda a lidiar con la ansiedad y la depresión. Estos dos últimos son los estados emocionales más frecuentes en las parejas con problemas de infertilidad.
A todas estas situaciones tenemos que incluir la presión añadida tras la pandemia de la COVID-19. Pero, ¿qué consecuencias ha habido a nivel psicológico en aquellos pacientes cuyos tratamientos de fertilidad se hayan visto interrumpidos por la cuarentena?
Silvia Moreno, psicóloga en Clínica Tambre, ha hecho un análisis sobre esta cuestión. Como hemos podido comprobar desde marzo, con la llegada de la COVID-19 a nuestras vidas, es posible que hayan surgido cambios en las etapas de los tratamientos para adaptarse a la legislación vigente en ese momento. En algunos casos, las consecuencias que han dejado estas situaciones han sido bastante importantes. Algunos pacientes han sentido frustración si llevaban mucho tiempo esperando, generándoles a su vez gran incertidumbre sobre todo en lo referente a cuándo y cómo se iban a retomar los tratamientos. Es una realidad que en temas de fertilidad es muy relevante el tiempo que pase, pues cada mes es importante y más a ciertas edades.
Sin embargo, tenemos dos puntos de vista. Algunos pacientes se han visto angustiados por esta situación, mientras que a otros les ha servido para relajarse y tomarse un respiro, obligándoles a pensar en otras cosas y resetearse, para así volver luego a empezar con muchas más ganas. Por lo que podemos hablar de que existen consecuencias de todo tipo.
A la hora de retomar los tratamientos, ¿hay miedo en los pacientes por los nuevos contagios de la COVID-19?
Moreno afirma que para evitar pasar por esa situación de ‘miedo', es de gran importancia contar con una clínica que cumpla con todas las medidas de seguridad e higiene, puesto que así los pacientes se sienten más seguros y que el coronavirus no suponga un motivo de preocupación para iniciar el tratamiento.
Pero no solo tenemos que hacer hincapié en las consecuencias más directas con los procesos de fertilidad, pues también hay que tener en cuenta las secuelas psicológicas que ha producido la pandemia en la población a nivel general. Si en circunstancias normales, para someterse a un tratamiento de estas características es fundamental la presencia del psicólogo (pues se trata de un proceso que desgasta mucho tanto a nivel personal como a nivel de pareja), con el coronavirus y su consecuente ralentización, estamos más susceptibles y la depresión y la ansiedad han pasado a formar parte del día a día de muchas personas desde el inicio de la crisis sanitaria.
Por todo ello, como conclusión, no cabe duda de que nos encontramos en un momento en el que la psicología es más necesaria que nunca. Las clínicas que cuenten con esta figura, están apostando por la salud y el bienestar de sus pacientes de forma directa, algo que, desafortunadamente, no se ve a diario.