XXVII Curso Nacional de Actualización en Psiquiatría

La Psiquiatría española subraya: la evidencia científica de sus tratamientos frente a la "magia" que ofrecen las pseudoterapias y movimientos antipsiquiátricos

Advierten del peligro que entrañan los tratamientos en salud mental impartidos por ciertos profesionales sin titulación oficial que no están regulados
Muestran su preocupación acerca de la nueva "ofensiva antipsiquiátrica" alimentada desde ciertos sectores y grupos asociativos
Advierten del riesgo de psiquiatrizar la dinámica de la sociedad: No se ha de medicalizar ni  psiquiatrizar los problemas de la vida cotidiana
Se han de abandonar las explicaciones mágicas o religiosas en el diagnóstico y tratamiento de la enfermedad mental

La Psiquiatría española ha puesto de relieve la "evidencia científica contrastada de su especialidad médica" en sus criterios diagnósticos y tratamientos "ante el constatado aumento de las pseudoterapias y ofensivas antipsiquiátricas, alimentadas desde ciertos sectores, que suponen un riesgo real que influyen directamente en la protección y el restablecimiento de la salud de quienes las reciben".

En ese contexto y previo a la inauguración del XXVII Curso Nacional de Actualización en Psiquiatría de Vitoria - la cita más destacada de la Psiquiatría en España en la que los y las psiquiatras se reúnen para analizar la actualidad y novedades de la especialidad- ha tenido lugar el Foro de la profesión psiquiátrica que ha reunido a los y las dirigentes de las sociedades y asociaciones científicas psiquiátricas de España en torno a la defensa de sus pacientes y su profesión.

Las conclusiones de esta reunión han sido explicadas durante la rueda de prensa de presentación del XXVII Curso Nacional de Actualización en Psiquiatría de Vitoria-Gasteiz en la que han comparecido el profesor Miguel Gutiérrez, catedrático en Psiquiatría del País Vasco;  el Dr. Edorta Elizagárate, jefe de Servicio de Psiquiatría de la Red de Salud Mental de Álava; y el Dr. Julio Bobes, presidente de la Sociedad Española de Psiquiatría.

En primer lugar, los expertos han advertido del "peligro que entrañan los tratamientos en salud mental impartidos por ciertos profesionales sin titulación oficial que no están regulados y en los que se ofrecen servicios de coaching, enseñanza, gestión personal y terapias de gestión del estrés y la ansiedad, entre otros, que no están regulados".

Sobre esta situación, los profesionales han mostrado también su "preocupación" acerca de la nueva "ofensiva antipsiquiátrica alimentada desde ciertos sectores y grupos asociativos encuadrados subrepticiamente en sectas concretas".

"Tenemos la necesidad de defender a nuestros enfermos y nuestra profesión. Como ya sucedió hace unas décadas, los argumentos que esgrimen los enemigos de la psiquiatría -única disciplina médica que tiene el dudoso honor de tener movimientos "anti" (junto con los antivacunas)- son interesados, (réditos económicos, venta de libros, proselitismo de sectas concretas, competencia de otras profesiones, etc), repetitivos y carentes de rigor científico en sus planteamientos", denuncian.

Afirman los psiquiatras que "estos grupos asociativos, en sus críticas, utilizan referencias anacrónicas y nos retrotraen a los tiempos anteriores de la ignorancia y el miedo, y desde luego, contribuyen a perpetuar el prejuicio hacia el enfermo psiquiátrico".

"Desde  otros sectores recomiendan, además, a la Psiquiatría intervenir en conflictos laborales o deficiencias sociales para paliar su repercusión sobre la salud mental de la población. Este tipo de intervenciones tienen el riesgo de psiquiatrizar la dinámica de la sociedad y es una cuestión totalmente ajena a la profesión médica, y a la nuestra, la Psiquiatría. Nuestra obligación es atender al que sufre, al que lo necesita, sin perjuicio de la causa que haya originado su situación. Cierto que cualquier intervención médica debe tener también un valor educativo", señalan.

"Cabe recordar", indican, que "los psiquiatras prescribimos psicofármacos o realizamos intervenciones psicoterapéuticas obedeciendo a indicaciones diagnósticas concretas. Entre ellas no figura hasta el momento ningún malestar social. ¿Pueden emplearse otras disciplinas para explicar estas y otras conductas? Sin duda. Pero entonces ya no son medicina ni Psiquiatría y la sociedad espera del médico que haga medicina.  Ciencia es todo conocimiento para cuya consecución ha sido empleado el método científico. No es la única manera de llegar al conocimiento, pero sí la única para conseguir conocimiento científico", argumentan.

Por todo ello, consideran los especialistas consideran "clave proteger de manera adecuada a la ciudadanía de las terapias y creencias que no están basadas en el conocimiento y la evidencia científica y que puedan suponer un riesgo para la salud de las personas". "Además de controlar estas terapias, se debieran instaurar campañas educativas que informen y tengan calado en la población de forma que no se medicalicen ni se psiquiatricen problemas de la vida cotidiana, y abandonar las explicaciones mágicas o religiosas, a las que algunos, al parecer, quieren volver".

"La Psiquiatría y la Psicología Clínica ajustan criterios diagnósticos y trastornos mentales y lo hacemos con entrevistas clínicas, observaciones detalladas, pruebas psicométricas y conocimiento y experiencia profesional. A partir de ahí, con el diagnóstico más preciso posible, se recurre a las posibilidades terapéuticas que se han mostrado más eficaces científicamente para cada uno de los diagnósticos", concluyen.

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