La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que cerca de 21 millones de personas en todo el mundo están afectadas por la esquizofrenia, la enfermedad más común del grupo de las psicosis.
Para la enfermera Laura Ortega, del Colegio Oficial de Enfermeras de Tarragona (CODITA), profesora en la Universitat Rovira i Virgili (URV) y autora de la tesis ‘Calidad de vida, adaptación social y estrés en jóvenes con un primer episodio psicótico o en riesgo de psicosis', "una de las áreas que se presenta más alterada al inicio de las enfermedades de la familia de las psicosis, como es la esquizofrenia, es la calidad de vida, y sabemos que ésta y el funcionamiento social se han convertido en buenos indicadores para medir la mejora clínica de los trastornos psicóticos".
Para la enfermera "en las primeras fases de la psicosis el funcionamiento psicosocial y la calidad de vida permanecen a menudo deterioradas incluso después de la remisión de los síntomas psicóticos, afectando a los resultados a largo plazo de la enfermedad. Es frecuente también que ese peor funcionamiento esté presente antes de la aparición del primer episodio psicótico".
Por eso, su tesis, compuesta de tres publicaciones analiza la relación entre la calidad de vida y la adaptación social en jóvenes con una psicosis incipiente, y la correlación entre maltrato infantil y la adaptación social.
Principales conclusiones
Las personas en las fases iniciales de enfermedades como la esquizofrenia, o en riesgo de sufrirla presentan peor calidad de vida y adaptación social que sujetos sin patología mental. En jóvenes con una psicosis temprana, los síntomas depresivos también se han asociado con una peor calidad de vida.
El estrés juega un papel mediador, en la relación entre la adaptación social y la calidad de vida tanto de los pacientes con un primer episodio psicótico como en los sujetos conocidos como Estados Mentales de Alto Riesgo.
"Con la evaluación de la adaptación social al inicio del seguimiento, observamos distintas trayectorias en la evolución de la calidad de vida durante el primer año. Vimos que, quienes tenían mayores puntuaciones en el interés por aspectos relacionados con la funcionalidad social (quedar con amigos, realizar actividades lúdicas, relaciones familiares) a lo largo del primer año, tenían una sensación de empeorar la satisfacción personal sobre su calidad de vida", explica Ortega.
El maltrato infantil está relacionado con una peor adaptación social en sujetos con un primer episodio esquizofrénico, afectando sobre todo a áreas que implican el contacto interpersonal o actividades de ocio o trabajo.
De hecho, para la enfermera, "el objetivo de estudiar la calidad de vida vinculada a la esquizofrenia, radica en sensibilizar a los profesionales sanitarios de no limitarse a atender la enfermedad, la discapacidad o los síntomas, y ocuparse más de qué implicaciones tiene la enfermedad para las personas y cuáles serían las intervenciones más adecuadas para cada una de ellas". Por eso, concluye "evaluar la adaptación social en pacientes atendidos en equipos de intervención precoz en psicosis puede ser de gran utilidad para las implicaciones tanto en la calidad de vida como en los aspectos clínicos y de evolución, así como evaluar el estrés y/o el maltrato infantil, por su relación tan estrecha que tienen con la adaptación social en la edad adulta".