Los cambios de horarios y el estrés en el trabajo son los grandes enemigos de la diabetes

Los cambios de horarios, así como el estrés y las consecuencias derivadas pueden empeorar la diabetes o incluso ser el desencadenante de una diabetes tipo 2

Tras las vacaciones llega el momento de volver a la rutina y al trabajo. Para las personas con diabetes es importante adoptar unos horarios regulares, ya que esto permitirá una mejor gestión de la enfermedad y facilitará el control de las pautas de medicación. Mantener unos horarios de trabajo fijos, incluyendo las pausas necesarias para controlar los niveles de glucosa en sangre o administrar la dosis de insulina correspondiente, permite planificar todos los aspectos que pueden influir en la diabetes.

La jornada laboral de la mayoría de los trabajadores se desarrolla habitualmente durante el día y los horarios no suelen variar. Si bien es cierto que algunos puestos requieren una mayor flexibilidad o turnicidad, lo que implica que la rutina cambie y se debe favorecer una rápida adaptación. Para las personas con diabetes todos los cambios de horarios, especialmente si se realizan en turno nocturno, aumentan el riesgo de incremento de peso corporal y, se relacionan directamente con una peor gestión de la enfermedad. Este tipo de situaciones no tienen por qué suponer una limitación para quien padezca esta enfermedad, aunque es importante tomar conciencia y realizar más controles de los habituales, planificar las pausas para las comidas con antelación y llevar un estilo de vida saludable.

El control de la diabetes en el trabajo

La diabetes necesita una serie de actuaciones diarias, como el control de los niveles de glucosa en sangre, la inyección de insulina o de fármacos orales y la gestión de los alimentos que tomamos en cada comida. Por lo tanto, en primer lugar, se debe analizar el tipo de trabajo y establecer una estrategia de actuación para determinar, por ejemplo, cuándo se realizarán los controles de los niveles de glucosa, a qué hora se harán las comidas o si se debe hacer alguna pausa para administrar la medicación.

Entre las principales dificultades a las que puede verse expuesta una persona con diabetes están las hiperglucemias extremas y las hipoglucemias. Las hipoglucemias pueden suponer dificultades de concentración y pérdida de habilidades, incluso la pérdida de conocimiento en casos extremos en personas con diabetes tratadas con insulina. Por tanto, "determinadas actividades necesitarán un control mucho más estricto por parte de las personas con diabetes para evitar problemas asociados" comenta Serafín Murillo, investigador del CIBERDEM en el Hospital Clínic de Barcelona.

Para controlar los niveles de glucosa en sangre y prevenir estas situaciones, los sistemas de monitorización continua de la glucosa (MCG) más recomendables son los sensores transcutáneos y los implantables. A diferencia de los métodos tradicionales, los sensores implantables, como el Eversense XL, proporcionan información continua y más precisa al paciente, que puede acceder a ella en todo momento a través de su smartphone. Además, este dispositivo también alerta a través de una vibración cuando los niveles de glucosa en sangre se acercan a la hipoglucemia o a la hiperglucemia con tiempo suficiente para que puedan tomar las medidas necesarias antes de sufrir un episodio grave. De esta forma, aunque no tengamos nuestro smartphone a mano recibiremos la información de forma inmediata ante cualquier alteración.

También es importante dar a conocer a los compañeros de trabajo la situación ya que, en caso de necesidad, podrán darle asistencia de forma mucho más rápida y efectiva. Ante una hipoglucemia, la asistencia al diabético consistirá simplemente en proporcionarle alimentos ricos en azúcares. Sin embargo, en casos más extremos de pérdida de conciencia puede llegar a ser necesaria la aplicación de una inyección de glucagón.

Aunque sea recomendable avisar a los compañeros para poder solucionar las situaciones donde se requiera asistencia, el trabajador no está obligado a comunicar a los superiores que tiene diabetes, siempre y cuando no se trate de un puesto de trabajo con limitaciones.

Mantener el estrés a raya

Seguir unos hábitos saludables y controlar el estrés son factores fundamentales para mejorar el bienestar de las personas con diabetes. En personas sanas, el estrés se puede convertir incluso en un desencadenante de la diabetes tipo 2, con lo hay que llevar especial cuidado con las sobrecargas laborales. De hecho, se ha encontrado una relación entre los puestos de trabajo que implican un mayor estrés con la aparición de diabetes. "La implicación incluye diferentes vías, como un aumento del peso corporal, especialmente de distribución abdominal, aumento de hormonas de estrés que dan lugar a un incremento de los niveles de glucosa en sangre, así como una mayor prevalencia de ansiedad y depresión", afirma Murillo, que reconoce que, aunque no sea directa, sí existe una conexión entre el estrés y la diabetes.

Para garantizar el mayor bienestar se debe facilitar a las personas diabéticas que puedan compatibilizar su jornada laboral con el control y tratamiento de la enfermedad, además de crear un ambiente cómodo y agradable para que el estrés no tenga un impacto negativo sobre su organismo.

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