Muchos hombres sufren incontinencia urinaria como consecuencia de los daños producidos en los tejidos del esfínter tras una resección de la próstata. Hoy en día, es posible realizar implantes de colágeno para ayudar a controlar el escape de orina causado por unos esfínteres débiles.
Estos implantes se realizan con una sencilla inyección en la pared de la uretra y en el tejido cercano al esfínter mediante cistoscopia. Esta técnica, que se realiza de forma ambulatoria, puede solucionar el problema de la incontinencia sin necesidad de recurrir a una nueva intervención quirúrgica.
El colágeno cierra el tejido dañado del esfínter, deteniendo el goteo de orina de la vejiga. Se trata de una sustancia que es una proteína natural que forma fibras. El colágeno es un material de gran resistencia que se encuentra formando parte de muchos tejidos del cuerpo, como los huesos y la piel. La colocación de estos implantes dura entre 20 y 40 minutos y se realiza sin anestesia general.