Para ofrecer información actualizada de los aspectos más relevantes de la vitamina D, la Comisión de Nutrición y Vitaminas y la Comisión de Hormonas de la Sociedad Española de Bioquímica Clínica y Patología Molecular (SEQC) ha publicado una monografía sobre esta vitamina.
La obra recoge los cambios más importantes de los últimos años sobre el mecanismo de acción de esta vitamina, los efectos biológicos y su papel en el estado de salud, los requerimientos de ingesta y los métodos de análisis. También pone especial atención en aspectos como cuáles son los niveles en sangre que se asocian a déficit y cuáles son los óptimos y deseables, los efectos a largo plazo de concentraciones altas y la necesidad de suplementación.
Los expertos asocian el déficit de vitamina D en los niños con el raquitismo, y en los adultos, según el grado de deficiencia, este déficit puede producir osteomalacia (el equivalente del raquitismo en el hueso adulto), precipitar y exacerbar estados de osteopenia y osteoporosis y aumentar el riesgo de fracturas.
Además, estudios recientes han vinculado este déficit con un incremento del riesgo de padecer o tener una peor evolución de las enfermedades cardiovasculares, las de base autoinmune, infecciones y diversos tipos de cáncer. Entre estas patologías destacan, por ejemplo, la esclerosis múltiple, la enfermedad de Crohn, la diabetes mellitus, la hipertensión, el asma, las demencias y el cáncer de mama y el de próstata.
Se estima que en España los niveles de vitamina D entre la población no se encuentran en la situación óptima. Los niños, las embarazadas, los pacientes hospitalizados y los ancianos son los grupos de mayor riesgo de presentar déficit de esta vitamina.