Programa europeo para mejorar la salud de los mayores

Los pacientes frágiles gastan el 40% del total de los recursos sanitarios

La obesidad, el tabaco y la falta de ejercicio físico son factores de riesgo decisivos en la progresión de la fragilidad, según un estudio

La fragilidad es una de las mayores amenazas para el sistema sanitario pues los pacientes frágiles gastan el 40% del total de los recursos sanitarios aunque representan solo al 10% de las personas mayores. Los expertos del grupo ADVANTAGE JA, iniciativa liderada por España con la participación del Ministerio de Sanidad y formada por profesionales sanitarios de 22 países y 34 instituciones, han presentado en Bruselas sus recomendaciones para lograr un diagnóstico precoz de la fragilidad y mejorar la salud de las personas mayores.

El grupo advierte que el coste de no diagnosticar y frenar la fragilidad será inasumible para los sistemas sanitarios europeos si no se toman medidas a tiempo. Las recomendaciones, fruto de tres años de trabajo colaborativo, destacan la necesidad del diagnóstico de fragilidad a todos los mayores de 70 años (edad a partir de la cual existe mayor riesgo de sufrir fragilidad), mediante pruebas basadas en evidencia científica, seguidas de una valoración multidimensional o Valoración Geriátrica Integral (VGI), así como indicar tratamientos individualizados y dotar de más recursos económicos a la investigación.

"Existe falta de formación entre los profesionales sanitarios y, con frecuencia, los síntomas de fragilidad son asociados erróneamente como signos de envejecimiento. La mayor parte de los afectados desconoce su riesgo de dependencia y este infradiagnóstico deriva en limitación de la autonomía personal y más morbimortalidad", advierte la doctora Cristina Alonso, coordinadora adjunta de ADVANTAGE JA. Falta de energía, pérdida de peso, lentitud y limitaciones de movimiento son síntomas comunes asociados a la fragilidad. Como advierte esta experta, "la fragilidad afecta a la independencia funcional y su influencia es decisiva sobre la calidad de vida".

La fragilidad se trata

No obstante, pese a las dificultades, el mensaje de los expertos españoles de este grupo es esperanzador pues la fragilidad se puede tratar con éxito. Tanto Leocadio Rodríguez Mañas, coordinador del grupo, como Pilar Aparicio, Directora General de Salud Pública, Calidad e Innovación, han incidido en Bruselas en que la fragilidad, si se diagnostica, puede ser frenada o, incluso, revertida. El ejercicio físico, una nutrición apropiada y un tratamiento que tenga en cuenta el manejo de los eventos agudos y las enfermedades crónicas pueden ser claves en el control de la fragilidad, además de un control especial para evitar efectos secundarios e interacciones en los pacientes polimedicados.

A este respecto, un estudio reciente realizado en la Universidad de Montfort, en Reino Unido, demuestra la importancia de la intervención para prevenir la fragilidad. Los investigadores analizaron a más de 7.000 individuos mayores de 50 años y concluyeron que la obesidad, el tabaco y la falta de ejercicio físico eran factores de riesgo decisivos en la progresión de la fragilidad.

En suma, los expertos pretenden, con los resultados de su trabajo, hacer una llamada a la acción y subrayar que "las personas mayores tienen derecho a una atención de calidad, especializada y adaptada a sus necesidades".

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