Tal como apunta la OMS, el 25% de la población sufre algún trastorno mental a lo largo de su vida. En España, una de cada diez personas mayores de 15 años ha sido diagnosticada con algún problema de salud mental, según datos del Ministerio de Sanidad. Con todo, la irrupción de la COVID-19 ha perjudicado gravemente la salud mental de la población, considerándose como uno de los grandes daños colaterales de esta crisis sanitaria debido a su repercusión en el ámbito laboral, económico y en múltiples facetas de la vida cotidiana de las personas.
"Ante estos datos tan alarmantes, desde Angelini Pharma creemos que ahora, más que nunca, es el momento de priorizar la atención a los problemas de salud mental en la agenda política. El abordaje de la salud mental debe ser una prioridad por su impacto en la sociedad en su conjunto y, para contribuir a este impulso, ponemos sobre la mesa, junto a BioInnova Consulting, el libro 'Presente y futuro de la salud mental en España'", afirma Olga Insua, directora general de Angelini Pharma España.
El libro recoge un profundo análisis sobre la situación actual de las enfermedades de salud mental en España, incluyendo un diagnóstico sobre los retos que plantea el impacto de la COVID-19, y propone también algunas recomendaciones de mejora en su abordaje e incluso reflexiones sobre una hoja de ruta española en salud mental. Todo ello, firmado por un reputado grupo de más de 45 expertos formado por diferentes perfiles relacionados con el abordaje de las afecciones mentales: clínicos, pacientes, farmacéuticos y gestores. Este es el caso de José Martínez Olmos, profesor de la Escuela Andaluza de Salud Pública, y Celso Arango, director del Instituto de Psiquiatría y Salud Mental y jefe de Servicio de Psiquiatría del Niño y el Adolescente en el Hospital Gregorio Marañón, ambos coordinadores del libro.
En este sentido, Martínez Olmos apunta que para conseguir una mejora de la salud mental en España "es fundamental el trabajo conjunto y transversal entre todos los actores implicados. La respuesta adecuada a los problemas en este ámbito debe tener un enfoque integral y que los servicios disponibles estén integrados en el conjunto de servicios sanitarios del Sistema Nacional de Salud (SNS)". Según Martínez Olmos: "Los efectos de la pandemia de la COVID-19 abren la necesidad de reforzar e incluso reconstruir el SNS para poder afrontar el enorme daño causado a la salud de la población. Y es en este contexto donde se va a tener que abordar el futuro de la atención a la salud mental en nuestro país".
Por su parte, Arango destaca que "si bien todo el mundo puede padecer una patología de salud mental, existen ciertos colectivos más vulnerables en el momento actual, como pueden ser los niños, los adolescentes, los profesionales sanitarios, los familiares de víctimas por COVID-19 y las personas infectadas con síntomas graves, que necesitan de una atención especializada y de calidad. España avanza en el reconocimiento de la especialidad en psiquiatría infantil y adolescente, lo que supone un gran paso en la buena dirección, pero todavía tenemos por delante muchos retos que afrontar como, por ejemplo, la cantidad de psiquiatras por habitante que, en el caso de nuestro país, es un 40% inferior a la media europea".