El dolor, que se evalúa como una constante vital más, se puede controlar en la mayoría de los casos
El concepto actual de anestesia no se vincula exclusivamente al quirófano, sino que abarca también el antes y el después del acto quirúrgico
El 16 de octubre se celebra el Día Mundial de la Anestesia
El dolor puede aparecer en diversos procesos médicos o quirúrgicos. Se trata de una experiencia tanto sensorial, como emocional, muy desagradable para el paciente y que puede empeorar notablemente su calidad de vida.
Como afirma la Dra. Mª Luisa Sheriff, Jefe de Servicio de Anestesiología del Hospital Vithas Nuestra Señora de América, "el dolor se puede controlar en la mayoría de los casos y ha de evaluarse como una constante vital más, una 5ª constante. El tratamiento precoz resulta más eficaz, por ello el paciente debe informar al personal sanitario en cuanto aparezca".
Precisamente, debido al factor subjetivo que comporta el dolor, la valoración del propio paciente resulta esencial: "es quien mejor sabe si tiene dolor, cómo es y cuánto le duele", señala la especialista, que añade: "existen una serie de escalas validadas que utilizamos para poder cuantificar ese dolor".
En muchas ocasiones, además, el dolor se asocia a un componente importante de ansiedad que también se puede tratar. Asimismo, en aquellos casos en los que el paciente presenta dolor agudo postoperatorio, su control ha demostrado disminuir la incidencia de complicaciones tras la cirugía.
Con todo ello se pone de manifiesto el amplio abanico que se vincula el concepto actual de anestesiología. No solo se ciñe al acto anestésico en la cirugía, sino que abarca el antes y el después. En cuanto al dolor, los especialistas informan sobre el mismo de forma previa en la consulta de preanestesia: "explicamos cómo se controlará el dolor en el postoperatorio y entregamos un tríptico informativo al paciente, medidas que contribuyen a una mayor tranquilidad", afirma la Dra. Sheriff.
Tratamiento del dolor postoperatorio
Los tratamientos médicos específicos para el dolor se utilizan, tanto para prevenir su aparición, como para tratarlo en caso de que aparezca. "Siempre se establece un abordaje individualizado según la patología y las características de cada paciente y el tipo de cirugía" explica la Dra. Sheriff.
En función de ello, existen diferentes estrategias disponibles: medidas no farmacológicas, como pueden ser la aplicación de calor o frío, técnicas de relajación, fisioterapia, inmovilización; tratamientos farmacológicos, bien con analgésicos no opioides, principalmente para dolor leve o moderado, o analgésicos opioides.
Como apunta la Dra. Sheriff, "es muy importante que los pacientes no teman los efectos secundarios de los fármacos o tengan miedo a desarrollar dependencia, sobre todo en el caso de los opioides, ya que se trata de excelentes medicamentos para el control del dolor y el especialista establecerá la pauta adecuada para evitar las posibles complicaciones".
Además de estas medidas, se puede optar también por la analgesia tanto intra como postoperatoria, ya sea mediante bloqueos nerviosos o mediante analgesia epidural: "el bloqueo de nervios periféricos mediante la administración de anestésicos a nivel de los nervios que conducen la sensibilidad de la zona a tratar, en cuyo caso realizamos la técnica de manera guiada por ecografía, y también analgesia a través de catéteres epidurales".