La irrupción de la genética ha posibilitado grandes avances en un buen número de especialidades médicas. La reproducción asistida es una de ellas, y por eso ha sido uno de los temas de los que se ha hablado en el XIII Foro de La Calahorra, organizado por la compañía de ciencia y tecnología Merck en La Calahorra (Granada).
Los estudios genéticos tienen cada vez más presencia en el ámbito de la reproducción asistida, con nuevas técnicas de secuenciación masiva del genoma que aportan una gran cantidad de información genética. Como en otras disciplinas, el dato puro requiere un análisis y un tratamiento para ser útil: "Son los expertos en genética quienes marcan las pautas en este sentido", explica el doctor Luis Martínez Navarro, responsable de las unidades de Reproducción Asistida del Hospital Virgen de las Nieves y del Hospital Inmaculada, ambos en Granada.
No obstante, si son los expertos en genética quienes deben marcar las pautas para analizar la información, la razón de ser de contar esos datos en reproducción está clara: "Han nacido para disminuir el número de enfermedades, ya no solo en reproducción asistida sino también en embarazos naturales", explica el doctor Martínez Navarro.
Su uso actual incluye la prevención de enfermedades raras, por ejemplo, gracias a los paneles genéticos que se realizan con un número concreto de patologías en las donaciones de ovocitos, o en los análisis de embriones para saber si son portadores de enfermedades. Más allá del uso actual, el futuro dependerá de una cuestión que ya ha cambiado mucho en los últimos años: el precio. "Cuanto más se abaraten las técnicas de secuenciación, más se generalizarán. En estos momentos estas técnicas son muy caras (rondan los 1.200 euros), pero hace años costaban millones de dólares. El riesgo que implican nuestras mutaciones genéticas se podría conocer de forma asequible".
Otro de los usos de la genética en reproducción asistida es el estudio de los polimorfismos de la hormona foliculoestimulante (FSH), gracias a los que se puede conocer mejor el tipo de hormona y, por ende, de tratamiento que funcionará mejor con cada paciente. "Este uso de la genética ya existe en reproducción asistida, pero en los próximos años se mejorará, permitiendo una mayor personalización de los tratamientos gracias a la genética", anuncia el doctor Martínez Navarro, uno de los coordinadores del XIII Foro de La Calahorra.
Según el doctor Martínez Navarro, esta personalización se llevará a cabo atendiendo a diferentes parámetros, como los niveles de hormona antimulleriana; el recuento de folículos en cada ovario a partir de la ecografía; el peso; el tabaco; la técnica que realizar, y la edad de la paciente. Gracias a la personalización de los tratamientos, "se reduce la baja o alta respuesta ovárica al estimular los ovarios, cancelando menos ciclos. Intentamos usar la dosis óptima de gonadotropinas que consiga el número ideal de óvulos (entre 10 y 15), con el menor riesgo para la paciente, lo que además permite abaratar los procesos de reproducción asistida".
Elección de los marcadores predictivos
Por tanto, la búsqueda de marcadores predictivos de la respuesta folicular es una pieza clave en la reproducción asistida a través de la personalización de los tratamientos. De entre los ya citados, el doctor Martínez Navarro destaca los niveles de hormona antimulleriana y el recuento de folículos antrales: "En el caso de la hormona antimulleriana, por ejemplo, se trata de un marcador biológico, y es más sencillo de homogeneizar, ya que el análisis de un análisis de sangre es más objetivo que otros parámetros. Además, son los que mejor fiabilidad pronóstica tienen, según los estudios. En cualquier caso, es recomendable contar con varios marcadores".